Caritas, Creu Roja y los servicios sociales de Consell y ayuntamientos han visto necesariamente incrementadas sus atenciones a las personas más vulnerables, especialmente afectadas por la crisis sanitaria que nos ocupa, tanto en lo que a alimentación como a alojamiento se refiere. La prolongación del estado de alarma derivado de la pandemia ha aumentado en un 15 por ciento el número de familias que están en riesgo de exclusión social al haberse quedado sin recursos y, por tanto, precisan la ayuda alimentaria que le presta la estructura de Caritas en la Isla y los servicios a domicilio de Creu Roja, estos últimos subvencionados normalmente por los respectivos consistorios.
Si en las dos primeras semanas de la crisis del covid-19 fueron 270 las familias necesitadas que recibieron las bolsas de alimentos de la ONG de la iglesia, desde el pasado 30 de marzo el número ha crecido hasta las 321, lo que supone la atención a unas 750 personas. Se trata del servicio que más ha reforzado la organización para dar respuesta a la demanda, al tiempo que ha suspendido otros no prioritarios como son acciones grupales, cursos de formación y los talleres prelaborales de Mestral.
Los incrementos más sustanciales se han dado en Maó, donde han pasado de 85 a 101 familias necesitadas, Ciutadella, de 130 a 150 y Alaior, de 8 a 16.
La llegada reciente a la isla de la tercera fase de los alimentos no perecederos que reparte la Unión Europea, correspondientes al final del año anterior, sumada a las aportaciones solidarias de personas y empresas permite, por ahora, hacer frente al aumento de la demanda.
Por otro lado, la dotación extraordinaria del Consell insular, fijada en 20.000 euros, para atender esta urgencia y otra ayuda de la Obra Social La Caixa, de 9.000 euros más, han contribuido a la entrega de los vales a estas familias para que puedan comprar productos frescos como carne, pescado, embutidos verduras, frutas, huevos y lácteos. Los vales se entregan cada 15 días a las familias, según el número de miembros, hasta el 31 de mayo.
El Govern balear, por su parte, ha realizado una aportación extraordinaria de 47.000 euros a la Renta Social Garantizada que distribuirá Caritas entre aquellas personas que crecen de ingresos, no tienen documentación ni cuenta bancaria. Entre 40 y 50 familias, de acuerdo con la información de los servicios sociales, se beneficiarán de esta ayuda para un plazo de dos meses. «Se trata de que nadie quede desatendido en sus necesidades básicas», explica Mar Pons, coordinadora de acción social de Caritas.
«Cada gest compte» es el lema que ha implementado la ONG de la iglesia en esta campaña de solidaridad que deberá prolongarse en el tiempo, cuando se supere el estado de alarma. Se hace necesaria cualquier aportación porque «la situación de necesidad y vulnerabilidad de estas familias se alargará porque contaban con los meses de trabajo de la temporada estival que este año no serán igual», apunta Mar Pons.
Creu Roja, a domicilio
Creu Roja, por su parte, mantiene el servicio de comida a domicilio, subvencionado por los ayuntamientos, que se ha visto también incrementado en el número de personas atendidas, especialmente en Alaior y Sant Lluís para evitar que las personas demandantes no tengan que hacer colas ni desplazamientos. La institución humanitaria ha renovado el convenio por el que recibe la subvención de 20.0000 euros del Consell para la compra de productos frescos.
«El aumento de la demanda ha sido importante en todas las agrupaciones», señala Xavier Pozo, responsable de comunicación de Creu Roja en Balear. La de Alaior realiza algunas aportaciones económicas.
El perfil de los solicitantes es una persona vulnerable, sobre todo porque ha perdido su trabajo.
Creu Roja, ademá, se encarga de distribuir los medicamentos del Hospital Mateu Orfila a 50 pacientes sensibles, en sus domicilios, y a personas mayores para que no acudan a las farmacias, a partir de una colaboración con e Colegio de Farmacéuticos de Balears.