Los jueves es el día más especial para dos de los locales de copas abiertos en Son Bou, porque tradicionalmente aumentan su clientela, pero en el último sus responsables no advirtieron que la aglomeración excedía todas las normas de seguridad derivadas del coronavirus, lo que obligó a la intervención de dos guardias civiles y tres policías locales de Alaior.
Un vecino alertó a la Policía Local que, efectivamente, comprobó como entre ambos locales había alrededor de 200 jóvenes que no guardaban la distancia de seguridad ni portaban mascarillas. La concentración también se producía en los alrededores de los establecimientos. La Policía también intervino en un botellón en el aparcamiento de la playa.
Los agentes tomaron fotografías de la concentración de jóvenes y levantaron acta de lo sucedido que han remitido a la conselleria de Administraciones Públicas para que esta determine si aplica alguna de las sanciones anunciadas el pasado jueves.
Los agentes hicieron acto de presencia en las salas de los bares sobre las 00.30 horas e instaron a sus responsables a que dejaran de servir más copas y los fueran desalojando, aunque todavía se encontraban dentro del horario permitido. El desalojo se produjo con tranquilidad, sin incidentes.
Estos admitieron que la situación les había superado en esta ocasión a pesar de advertir a los clientes que debían respetar las normas de seguridad y de disponer de carteles informativos que así lo indicaban.
Al parecer la concentración tan numerosa en Son Bou, en esta ocasión, se debía a que muchos de los jóvenes celebraban haber finalizado los exámenes de acceso a la universidad.
El Ayuntamiento de Alaior apela a Guardia Civil y a la Policía Nacional para que haya un mayor control en la urbanizaciones y evitar así que la falta de conciencia de unos no perjudique a todos.