Las empresas de alquiler de vehículos de la Isla trabajan este verano entre una inestabilidad extraordinaria en cuanto a la demanda. Las dudas de los clientes, las cancelaciones, los cambios y reservas de última hora son constantes. El volumen actual de actividad es más propio de un mayo o un inicio de junio, además de muy irregular, imprevisible y cambiante.
«Es una locura», resume Antoni Masferrer, de la Asociación Balear de Empresas de Alquiler de Vehículos, «va por semanas, dependemos de cómo va por Barcelona». Joana Capó, de la Asociación Empresarial Menorquina de Alquiler sin Conductor, comenta que los clientes «tienen miedo, están pendientes de la actualidad y por esto cancelan mucho».
Hasta ahora se suceden los altibajos, «desde hace días parece que se ha animado» gracias al turismo nacional, indica Capó, pero siempre «con subidas y bajadas, todo es a última hora». José Luis Valls, de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos Con y Sin Conductor de Balears, estima un 20 por ciento de ocupación de los coches, cuando a finales de julio solía ser el 90 por ciento, y explica que «han venido los habituales de cada año, pero comentan que los precios de los vuelos son altos. Además la gente tiene miedo de quedarse aquí atrapada, por lo que reserva, luego cancela...» Tampoco el turista joven ha respondido bien. Muchas de las motocicletas de alquiler están paradas, dice Valls.