Desde finales de 2018, la finca de la Concepció, conocida como Ses Salines Noves de Fornells, tiene propiedad suiza y un ambicioso proyecto de recuperación íntegra de las instalaciones. La reforma ha iniciado un camino que está siendo complicado como ocurre con todos aquellos proyectos en los que intervienen varias administraciones, desde la Demarcación de Costas al Ayuntamiento.
Remy Best, directivo de una empresa de servicios especializada en inversiones y gestión de patrimonios, es el empresario que ha asumido el reto de la reforma total de las salinas y dar valor a la finca y a la producción, que seguirá siendo artesanal. Dispone de 18 balsas y en la actualidad solo siete están siendo utilizadas.
La anterior propietaria, la familia Mayor, logró recuperar el 65 por ciento y reconocía que quedaba mucho trabajo por hacer, «es muy importante conseguir la rentabilidad y el mantinimiento de este lugar para que pueda estar como está», decía en 2014 Isabel Mayor, un año después de que hubiera salido al mercado la primera cosecha de flor de sal.
Cuatro años después se realizó la compraventa de la finca, que desde entonces ha mantenido actividad a cargo del único operario que realiza la extracción, lo que significa que la conservación y reforma exigirá una inversión importante. El gran aliciente del producto es la calidad, natural y artesanal al cien por cien, aunque la producción está muy supeditada a la meteorología y este año, por ejemplo, con lluvias en junio sobre la bahía de Fornells, está resultando crítico.
Dado que las salinas forman parte de un Área Natural de Especial Interés y además están declaradas como Lugar de Interés Comunitario, de especial protección para las aves, solo es posible recuperar las salinas y su gestión mediante métodos artesanales y tradicionales, pero no es posible la ampliación ni la alteración sustancial de las instalaciones.
Las últimas y únicas
Estas salinas fueron las últimas que se mantuvieron en funcionamiento y ahora son las únicas que han recuperado la producción. En siglos pasados hubo salinas también en Addaia y en Punta Prima, cuyos restos aún son perceptibles.