Antropólogos y otros especialistas empezaran este lunes las excavaciones en el cementerio municipal de Bunyola con el objetivo de localizar la fosa común en la que fueron enterradas quince víctimas de la represión franquista. Tres de ellos serían los menorquines Josep Pons Sintes y los hermanos Sebastià y Bartomeu Carretero Gornés. La previsión inicial es que la intervención concluya el próximo 10 de septiembre.
Actualmente, los especialistas desconocen con exactitud la ubicación de esta fosa, aunque existen indicios de que se situaría en la parte sudeste, un lugar que ha sufrido grandes modificaciones, como la construcción de nichos.
Entre el 6 de agosto y el 28 de diciembre de 1936, llegaron al cementerio de Bunyola una quincena de cadáveres. Eran hombres que habían sido asesinados por arma de fuego y abandonados en el margen de caminos o carreteras, víctimas de la represión franquista. Antes de ser enterrados fueron objeto de autopsias que determinaron que la mayoría de ellos murieron por hemorragia cerebral, pleural, múltiple.
De estas quince víctimas, nueve están identificadas gracias a diferentes causas judiciales facilitadas por la Asociación Memoria de Mallorca. Faltan por identificar otras seis, entre las que se podrían encontrar los menorquines Josep Pons Sintes y los hermanos Sebastià y Bartomeu Carretero Gornés.
Tal como ha venido informando MENORCA «Es Diari», los tres ciutadellencs viajaron a Mallorca porque eran testigos en un juicio. Se cree que fueran asesinados el 12 de noviembre de 1936 y enterrados en Bunyola. Por aquellas fechas aparecieron tres cadáveres en la confluencia de la carretera de Esporles en Santa Maria del Camí con el torrente de Ca na Sili. Tres cadáveres que pertenecían a tres personas desconocidas en Bunyola. El historiador Marc Pallicer relaciona este episodio con los tres menorquines desaparecidos.