La Junta de Personal Docente no Universitario de Menorca pide a la Conselleria de Educación que posponga el inicio del curso escolar. La petición se apoya en las recomendaciones lanzadas esta semana por el Colegio de Médicos de Balears, que considera que el momento actual, con el virus fuera de control y con ascenso en número de contagios, no es idóneo para la reincorporación de los alumnos a las aulas. Ante este escenario, los docentes son partidarios de prevenir males mayores y esperar a que la situación mejore. «¿Cuánto tiempo? No lo sabemos y no depende de nosotros, pero debe ser cuando haya medidas de seguridad y sanitarias» y cuando descienda la presencia de la covid-19.
Así se manifestaba este sábado Rafel Carretero, presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario de Menorca, órgano formado por seis sindicatos, STEI, CCOO, UGT, ANPE, Alternativa Sindicat Docent y UOB, que se suma a los argumentos de la junta de Mallorca.
Según el presidente de la entidad menorquina, Rafel Carretero, «con la curva ascendente de la pandemia será difícil controlarla si se inician las clases», aún más con «las ratios que proponen de veinte alumnos por aula, son muy elevadas, deberían ser de doce o, como máximo, de quince alumnos», para garantizar al máximo las distancias.
Las altas ocupaciones de las aulas es algo endémico en los centros educativos de Balears. «Ahora se agrava por la pandemia, pero es un problema desde hace tiempo, somos la cuarta o quinta comunidad autónoma con peor financiación, por debajo de la media estatal, con la mitad de la inversión, el 3,1 por ciento del PIB, que la media europea que es del 5 por ciento», dice Carretero.
Presencialidad
Asimismo, desde la junta de Menorca defienden que «pedagógicamente lo ideal son las clases presenciales, los docentes no queremos trabajar telemáticamente, porque se trabaja el doble y el alumno rinde la mitad», asegura el representante sindical, quien ve que eso no es posible hasta tener controlado el virus . «En Francia están bastante mejor y ya han cerrado veintidós centros. Se trata de retrasar unas semanas el inicio del curso, para garantizar que no se vuelven a suspender dentro de nada».
Al fin y al cabo, «lo que pedimos es por el bien de toda la comunidad educativa, es por la seguridad también de los alumnos y las familias», asegura Carretero, quien opina que, en realidad, todo responde al modelo social español. «Se trata de un tema de conciliación, los maestros también somos padres y sabemos que en este país la única medida de conciliación es el colegio», pues sirven de guarderías a las familias. De hecho reclama la creación «del grupo de trabajo al que se comprometieron para atajar esta problemática».
Tot i que, disortadament, algun dels il·lustres comentaristes sembla que ja s'ha reproduït i la seva descendència pot estar afectada pel retard d'inici del curs escolar, li recomanaria algunes coses: 1. Allò de pensar abans d'escriure no, ja que és evident que ni ho fa, ni esper que ho faci, 2. Aquesta opinió surt dels representants sindicals, no de cap docent en particular i se sustenta en els paràmetres sanitaris i en l'opinió dels col·lectiu mèdic que també ha reclamat aquesta mesura. 3. Els docents no només fan la seva feina. La fan, en la major part dels casos, bé o molt bé. I més durant la pandèmia. La feina de preparar-ho tot online, sense mitjans ni suport de l'Administració mai no els serà prou agraïda. 4. Ja està bé de criticar sempre els docents, com si fos un col·lectiu que es passa tot l'any de vacances. Molts són els docents, per no dir tots que han treballat el mes de juliol i ja a finals d'agost estaven als centres preparant les coses... Un poc de vergonya!