Un nuevo proyecto de transformación de una finca rural que ahora amenaza ruina está en marcha. Se trata de la reforma de la casa y los bouers, así como el cambio de uso a agroturismo, de Binissafúller Nou, en Sant Lluís, a la cual se accede desde la carretera que lleva a la playa del mismo nombre.
Michele Concina es el propietario y promotor de una reconversión cuyo objetivo no solo es crear plazas de alojamiento, inicialmente 40 según el proyecto de los arquitectos Cristina Farreny y Rafael García, sino también la recuperación y conversión de la actividad agrícola en las dos parcelas de la finca. Está prevista la plantación de un huerto con hortalizas en una superficie de 1.500 metros cuadrados, así como de 217 árboles frutales en un terreno de 8.000 metros cuadrados y de 318 olivos en otros 5.000 metros cuadrados.
El proceso administrativo se encuentra en la fase de subsanar las deficiencias señaladas por la Comisión de Medio Ambiente en un informe que acaba de publicarse en el Boletín Oficial de las Illes Balears y que, de entrada, ya cuestiona el número de habitaciones del futuro agroturismo. En el proyecto inicial se plantean 20 unidades de alojamiento turístico con capacidad para 40 plazas, un punto que Medio Ambiente pide replantear.
Otras cuestiones a revisar son la obtención de la totalidad de energía para el consumo eléctrico mediante generación renovable de autoconsumo;la alternativa de obtención del agua de consumo humano y de regadío debido el mal estado del acuífero en esta zona;y por último, el tipo de cultivo de regadío en una zona de secano.
Los terrenos de Binissafúller Nou abarcan dos parcelas que suman 106.021 metros cuadrados, con una superficie construida actual de 997.08 metros cuadrados que corresponde a un conjunto de cuatro edificaciones. Entre ellas está la casa o lloc que era utilizada como vivienda y centro de la explotación agrícola en el pasado, y que tiene 704 metros cuadrados. Además, catalogados como bien etnológico está el pozo de la finca y hay una tres edificios agrícolas o bouers.
La reforma y rehabilitación de la casa principal, así como de las edificaciones agrícolas, daría lugar al alojamiento turístico, que según el proyecto original, contaría con una piscina de nueva construcción y 120 metros cuadrados, así como una barbacoa y un aparcamiento al aire libre para 25 vehículos. Para más discreción se plantea crear una barrera vegetal en la pared seca que confronta con la carretera secundaria M-10, por la que se accede a la fina y que conecta la playa de Binissafúller con el sur del centro urbano de Sant Lluís.
El proyecto prevé la plantación de árboles frutales y olivos, así como un huerto de hortalizas. El informe ambiental insta a replantear los cultivos de regadío en zona de secano.
Consta de cuatro edificaciones, una de ellas la casa con uso de vivienda y centro de explotación en el pasado, de 704 metros cuadrados.