La UIB dará prioridad en el próximo curso 2020-21 a las clases presenciales en grupos pequeños y medianos, en la realización de prácticas en aulas específicas o laboratorios y en los primeros cursos de cada grado, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad. En caso de que en los primeros cursos de los grados no se pueda mantener la distancia de seguridad, se optará por la alternancia semanal de los alumnos en la presencia física en el aula y en las clases en línea.
Las clases de grupos grandes de asignaturas de segundo curso y siguientes, así como las de máster, combinarán la presencia, la presencialidad reducida y la modalidad en línea. Las clases en la UIB se iniciarán el próximo 28 de septiembre porque la crisis sanitaria obligó a aplazar las pruebas extraordinarias de selectividad, que han pasado de julio a septiembre. Hasta que no se cierre la matrícula no se sabrá como se aplican las nuevas consignas en el caso concreto de la extensión universitaria de Can Salort, en Alaior.
La apuesta por la presencialidad en los primeros cursos de grado se debe, según han explicado esta semana el rector, Llorenç Huguet; el vicerrector de Docencia, Joan Frau; y el director general de Política Universitària i Recerca, Josep Lluís Pons., a que «queremos que los nuevos alumnos pisen y se socialicen en el campus y reciban el adecuado acompañamiento en su primer año en la Universitat».
En cualquier caso, se intentará evitar las aglomeraciones en el campus y el uso de la mascarilla será obligatorio en todos los espacios. Habrá gel hidroalcohólico en las aulas y se aplicarán protocolos de limpieza, desinfección y ventilación. Además, cada edificio contará con una sala de aislamiento equipada para atender cualquier sospecha de un caso positivo. La UIB tendrá en Antoni Aguiló, vicerrector de Campus, Cooperación y Universitat Saludable a su coordinador COVID-UIB. A su vez, cada edificio de la Universitat contará con su propio coordinador, que será la persona encargada de gestionar los casos con síntomas.