Fue el 17 de agosto de 1993, la visita real fue calificada, en palabras de don Juan Carlos, como «testimonio de nuestro profundo reconocimiento al pueblo de Menorca».
En esa misma línea, aceptó la medalla, «símbolo de una sociedad como la vuestra, dispuesta al compromiso y esfuerzo que exige el momento actual», manifestó. La expectación popular ante la visita resultó extraordinaria.