La Conselleria balear de Transición Ecológica y Sectores Productivos está intentando convencer al Ministerio para la Transición Ecológica de que obligue a Endesa a abandonar el uso del fueloil, el combustible más contaminante solo por detrás del carbón, sin necesidad de esperar a que se autorice y ejecute el proyecto para que la térmica del puerto de Maó pase a funcionar con gas natural. Lo reveló ayer el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, quien dejó claro que si por él fuera cerraría los grupos más contaminantes de la central «lo antes posible», aunque rebajó las expectativas mostradas el pasado martes en el Parlament, cuando apuntó al mes de agosto de 2021 como la fecha para el adiós al fueloil.
Cabe recordar que lo que persiguen desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern, erradicar el uso de fueloil de la central mahonesa con la mayor brevedad posible, no entra en los planes de Endesa, que supedita el abandono del fueloil a la ejecución de su proyecto de gasificación. Pero desde el Govern están buscando vías para que no haya que esperar al trámite de autorización de ese proyecto, proceso desde que el Govern no tienen ninguna noticia todavía, y a su ejecución, con una duración prevista de 18 meses.
El director general de Energía y Cambio Climático, Aitor Urresti, explicó en qué basan su voluntad y en qué tres estrategias trabajan. El punto de partida es evidente. Con la entrada en funcionamiento del cable eléctrico y la puesta en marcha del nuevo parque de Son Salomó, probablemente a finales del año próximo, se reducirá notablemente el funcionamiento de la central, lo que por sí solo permitiría prescindir de grupos de generación.