Los bares y restaurantes menorquines han destruido en agosto 1.650 puestos de trabajo, cifra que equivale al 27 por ciento del empleo que generan en ese periodo. El dato está relacionado con los 57 establecimientos que han cesado en su actividad durante ese mes, lo que supone el ocho por ciento de la planta.
Los números describen la profundidad de la crisis en uno de los segmentos de actividad más dinámicos durante los veranos menorquines.
Los bares y restaurantes han pasado de 690 a 633 de un año a otro y los puestos de trabajo, de 6.064 a 4.414.
Y aquellos que han abierto no han aguantado más de dos meses en la mayoría de los casos.
La cadena del turismo se ha roto y uno de los últimos eslabones, el de bares y restaurantes, ha pagado los platos rotos. Además la temporada ha sido muy corta, «lo que realmente nos preocupa ahora es qué hacemos de cara a la próxima temporada, necesitamos que las personas que no han podido cotizar más que dos meses este año que tengan la prestación del paro»", declara Antoni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Bares y Restaurantes, patronal vinculada a PIME.
En otro caso, se extiende la amenaza de un invierno sin prestaciones para un colectivo importante de trabajadores ya que el 60-65 por ciento del empleados de bares y restaurantes de verano son fijos discontinuos. «La solución que planteamos queda en manos del Gobierno central», añade Sansaloni.