La Casa de Acogida de Ciutadella será trasladada a la finca de Sa Vinyeta, que asumirá estas funciones hasta mayo, es decir, mientras dure el estado de alarma. Se trata de habilitar un equipamiento de emergencia con el que dar respuesta a las necesidades de personas sin hogar ni lugar para pernoctar, que tampoco pueden permanecer en la calle mientras esté vigente el toque de queda.
Los alcaldes trataron ayer sobre este problema y esta es una de las soluciones acordadas. Sa Vinyeta ya acogió este servicio en el primer estado de alarma bajo la coordinación de Cruz Roja, cuya gestión ha sido muy valorada, según la consellera de Cooperación Local, Cristina Gómez. Cuenta con 24 plazas ampliables a 32 e infraestructuras adecuadas, mientras que la Casa de Acogida de Ciutadella solo tiene cinco habitaciones y una larga lista de espera.
La experiencia del primer estado de alarma y la necesidad de encontrar alternativa a la Casa de Ciutadella han determinado el cambio.
Maó
Respecto a la Casa de Acogida de Maó, con 12 habitaciones y 14 plazas, el problema que se había detectado era de aforo y distanciamiento en zonas comunes como el comedor. El problema se ha solventado con la implantación de una agenda de presencia que establece horarios para el reparto del tiempo.
Problemas sobrevenidos, como perfiles más propios de un centro de baja exigencia, serán resueltos, en principio, con estos mismos recursos.
Los usuários que hacen uso de las casas de acogida, debería de hacérseles hacer trabajos en favor de la comunidad. Sería una forma de compensar los gastos que estos generan a las arcas municipales, y por ende al bolsillo de los ciudadanos, que dan comida y cama a estas personas, que por otro lado no aportan más que gastos para su supervivencia. Por otro lado sería bueno ocupar a estas personas, que andan ociosas todo el santo día, dando vueltas por las calles del municipio.-