Representantes de PIME se reunieron este miércoles por la mañana con la presidenta del Consell, Susana Mora, y el conseller Miquel Company para valorar medidas a corto y medio plazo para paliar los efectos de la crisis de la covid-19 en la economía local. Desde la institución insular aseguran que estos contactos con los distintos actores económicos son frecuentes durante la pandemia. La campaña navideña es lo más próximo, y las recientes restricciones aprobadas para la Isla en cuanto al número de personas que pueden reunirse en torno a una mesa también se comentó.
Mora explica que el detalle por sectores de estas restricciones se concretará con el BOIB del sábado. Sobre el malestar que pueden crear en bares y restaurantes, asegura que «el aumento de casos no se ha producido por los negocios de hostelería, sino en el ámbito social y familiar».
La secretaria general de PIME, Maria García, comenta al respecto que la práctica totalidad de las empresas «quieren hacer las cosas bien» en relación a las medidas sanitarias, pero que es muy complicado adaptarse a un escenario cambiante. «No se pueden hacer previsiones, la incertidumbre ya es algo propio de la pandemia». Medidas como el número de personas permitidas en un grupo reunido alteran cuestiones básicas para un restaurante, «puede condicionar su aforo». Sobre las últimas restricciones, las dudas aún existentes se suman a lo que va a ser «una campaña de Navidad complicada, para la hostelería y para todos».
La presidenta Mora reconoce el esfuerzo de las empresas por adaptarse, como el de toda la sociedad. Niega que haya existido una relajación en la ciudadanía como efecto de unas medidas más laxas durante un tiempo que en el resto de Islas. «Son varios factores, como el frío, por el que la gente se reúne más en interiores, sin ventilación a veces».
Tururu, aplícate tu propia medicina, por favor.