La Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT) ha hecho un llamamiento a los ayuntamientos para que reduzcan el impuesto de circulación para ayudar a las empresas del sector a afrontar la crisis provocada por la pandemia de la covid-19.
La patronal aboga por una reducción del 50 por ciento del impuesto «mientras dure la crisis» o al menos por el recorte del 25 por ciento del gravamen, equivalente a periodo anual de práctica parálisis de la actividad por el confinamiento en la primera ola de la pandemia.
La organización empresarial señala en un comunicado que el impuesto de circulación representa, por término medio, el 4,6 por ciento de los ingresos de los ayuntamientos, según un análisis que ha realizado.
Este estudio también pone de relieve la disparidad entre las tasas que cobran los distintos municipios y la gran diferencia entre algunos de Balears, especialmente Palma, y los más baratos de España. Por ejemplo, en Santa Cruz de Tenerife se pagan 34,08 euros anuales por un vehículo de hasta 11,99 caballos fiscales, mientras que en Palma por el mismo impuesto se abonan 68,16 euros, el doble.
El gerente de la FEBT, Salvador Servera, subraya que la capital balear y Formentera son los municipios con el impuesto de circulación más alto para todo tipo de vehículos, seguidos de Eivissa, Maó, Manacor, Inca y Alcúdia.
En Palma y Formentera, por un autocar de más de 50 plazas se pagan 296,60 euros, mientras que en Campos, el municipio con el impuesto más bajo en esta categoría, asciende a 183,61 euros.
Por ello, Salvador Servera reclama, además de la rebaja de este impuesto en todos los municipios, su unificación para evitar discriminaciones.