La controversia en torno a la segunda fase de la reforma del puerto de Fornells pivota sobre un inmueble de nueva construcción que destaca más por su ubicación que por su envergadura. Se trata del edificio de servicios que el proyecto contempla en la explanada donde un tiempo estuvo el malogrado restaurante Es Pla. El detalle de este local se puede consultar en el pliego de condiciones del concurso público para la contratación de las obras, que hace poco abrió el plazo para la recepción de ofertas.
El edificio en cuestión se ubica en la esquina sureste de la explanada, lo que hace que la construcción oculte la zona de varadero así como el espacio dedicado a los residuos. Esta localización «libera todo el resto para espacio público sin interferencias», indica el proyecto.
Presenta un diseño de una única planta, irregular y con distintas alturas, fachadas acristaladas y distintos usos, debidamente separados. Según indica el proyecto, pretende reunir de forma compacta diversas actividades que ahora están esparcidas por el puerto. Cabe recordar que en su momento Ports renunció a ubicar en este inmueble una cantina, por el rechazo social que suscitaba, una actividad de restauración que finalmente se habilitará en las casas recuperadas en la calle Governador. Ocupa una superficie construida de 243,9 metros cuadrados, distribuidos en un rectángulo bastante estrecho. La útil se queda en 208,95 metros cuadrados, de los cuales casi cien metros cuadrados corresponden a oficinas de los gestores de los pantalanes y comunes. La previsión es que cuente con almacenes y aseos. Son sus funciones principales.