El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó pretende aprobar en abril la declaración de la ciudad como Zona 30, lo que implica que la velocidad máxima permitida en el casco urbano bajará de los 40 kilómetros por hora actuales a 30. El cambio de la ordenanza que regula este aspecto se somete en estos momentos a un periodo de información pública, trámite previo a que sea aprobado por el pleno. Esta medida se ha planteado en diversas ocasiones en la Mesa de Movilidad. De hecho, ya se iniciaron los mismos trámites a comienzos de 2019, en el pasado mandato, pero sin que llegara entonces a fructificar.
El concejal responsable de Movilidad, Manolo Lora, afirma que el cambio es «muy importante», porque además de bajar la velocidad la ley estatal actual establece que las ciudades que son declaradas Zona 30 pasan a otorgar prioridad en todas sus calles a las bicicletas, los patinetes o los peatones frente al coche, «todas las calles serán a estos efectos como la bajada por Plaça des Príncep». Destaca que «se avanza en la pacificación del tráfico». Quedan excluidas de este nuevo límite de velocidad la Vía Ronda, que se mantendrá en 50 kilómetros por hora en algunos tramos, y el puerto, que no compete al Consistorio.
Cada noticia que leo, me deja más claro, que los políticos de cualquier administración y cualquier color político, están todo el día pensando en como hacer la vida más dura y difícil al ciudadano. En vez, de pensar en poner más aparcamientos, gratuitos, y calles seguras para circular con normalidad (como siempre), se empeñan en poner trabas por todos lados y restricciones. Al final, consiguen, que un coche se pare en medio de la calle para descargar la compra, y luego ir a estacionar a las afueras y volver caminando a su domicilio...Tiempo perdido 1 hora. A parte de las colas de los demás esperando.