Con el reasfaltado de una parte del vial de la Plaça Esplanada ayer se dieron por acabadas las obras de reforma de un importante tramo del centro histórico de Maó, el que comprende una parte de Ses Moreres, la calle Sant Jordi y Bastió. Los obreros y la maquinaria había desaparecido a mediodía de este concurrido punto de la ciudad para alivio de negocios, residentes y habituales de la zona, que han convivido durante más de cinco meses con las molestias propias de este tipo de actuaciones.
El plazo máximo de ejecución de las obras se ha superado. En concreto, por nueve días. La reforma se puso en marcha a mediados de enero con el compromiso de tenerla lista en un periodo de cinco meses. El temor de algunos comerciantes a que un retraso importante condicionara su campaña de verano, sobre todo por el ritmo nada halagüeño con el que evolucionaban las primeras tareas en Ses Moreres, hizo que reclamaran su paralización para terminarlas en otoño.
El Ayuntamiento de Maó respondió que no era posible y garantizó que estarían acabadas antes del 15 de junio, a tiempo para recibir en óptimas condiciones la primera posible oleada de visitantes. Al final no ha podido ser, pero sí se ha evitado tener máquinas en la calle en pleno julio.
A pesar del fin de los trabajos, las citadas calles permanecían ayer valladas, sin permitir el paso de vehículos. De ninguno. Desde el Consistorio mahonés informan que el lunes se realizará una visita de las obras, previa a la recepción de las mismas. Luego quedarán algunos acabados, como la retirada de los citados elementos de limitación del paso o la señalización.
Las calles Ses Moreres (el tramo que hasta ahora no era peatonal), Sant Jordi y Bastió lucen nueva estética, con adoquinado y con las aceras al mismo nivel que la calzada. La intención es otorgar prioridad al peatón e incidir en la pacificación del tráfico en el centro de la ciudad. También se ha llevado a cabo la renovación de las infraestructuras soterradas. El presupuesto de esta actuación ha ascendido a 447.829 euros.