Los menorquines, como el resto de españoles, se han levantado este sábado sin la obligación de usar la mascarilla en espacios abiertos, una esperada medida de alivio de las restricciones por el coronavirus que ha sido acogida con disparidad de posturas, ya que aproximadamente la mitad de los transeúntes ha optado esta mañana por mantener la protección facial en el exterior.
Como anécdota, destacar la satisfacción expresada por algunas mujeres, desde las más jóvenes a las mayores, por poder usar otra vez maquillaje en la cara descubierta y lucirlo por la calle.
De todas formas, cabe recordar que la medida sigue siendo obligatorio en exteriores cuando haya aglomeraciones y no se pueda mantener una distancia mínima de 1,5 metros de distancia entre personas, salvo grupos de convivientes.
También sigue siendo obligatorio su uso en los medios de transporte público, incluido en andenes y estaciones de viajeros y teleféricos, al igual que en los vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio.
En los eventos multitudinarios al aire libre la mascarilla será obligatoria cuando los asistentes estén de pie o, si están sentados, cuando no se pueda mantener 1,5 metros de distancia entre personas.
Otras ciudades, como Madrid, Barcelona y Valencia no han registrado sucesos relacionados con la retirada de las mascarillas que, no obstante, deberán tenerse a mano por si es necesaria su utilización, según la norma aprobada esta semana.