La llegada ayer por la mañana a la playa de Binimel·là estaba precedida por dos largas colas de coches en el camino de acceso. En un tramo de aproximadamente dos kilómetros aparecían vehículos aparcados en ambos lados del camino de tierra que conecta el Camí de Tramuntana con la zona costera, en buena parte de la cual está restringido el tráfico a motor desde hace dos décadas.
También las del norte como Cala Pilar y Cavalleria (sobre todo a la hora de la puesta de sol) sufren parecida demanda y, sin excepción, todas las plazas disponibles de aparcamiento aparecen llenas desde hace semanas en todos los puntos del litoral.
La Guardia Civil ha sido requerida en varias ocasiones para frenar el incumplimiento en materia de accesos. Entres estas figura el vehículo ocupado por varios jóvenes que el jueves pasado no respetaron el aviso del informador al comienzo del camino de El Pilar.
Los agentes también fueron requeridos por la propia Conselleria de Movilidad por coches aparcados en la cuneta de la carretera en las proximidades de Cala Mitjana.