La música y las voces hasta altas horas de la madrugada se han convertido en la banda sonora de muchas urbanizaciones este verano, afectadas por la proliferación de fiestas ilegales tras el cierre forzoso de los locales de ocio nocturno a la una de mañana.
Es el caso de la celebración privada que la noche del jueves al viernes se prolongó entre las dos y las cinco de la madrugada en un chalé dedicado al alquiler vacacional en la urbanización de Cala en Blanes. Decenas de jóvenes de nacionalidad española exprimieron la noche con la música a todo volumen y entre cánticos que hicieron imposible el descanso de los vecinos.
A partir de la una están prohibidos los encuentros entre personas no convivientes, pero la realidad es que la norma se incumple de forma reiterada. Solo en Ciutadella la Policía Local atiende más de 50 llamadas diarias por fiestas privadas ilegales.