La Junta de Accionistas de Quesería Menorquina ha aprobado el aumento de capital social mediante la emisión de 3.485.010 euros en participaciones de 1 euro. El importe supone duplicar el capital con el que cuenta actualmente la compañía.
Es la segunda emisión que se aprueba en menos de un año, la anterior fue aprobada a finales de 2020 por un valor de 1.780.000 euros y cubierta poco después por tres nuevos socios. Fuentes de la empresa informan que el objetivo de la operación no es otro que el de reforzar su estructura patrimonial.
La ampliación de capital abrirá la entrada a una sociedad mallorquina en el caso de que los socios actuales no suscriban la totalidad de la emisión. Ello supondrá diluir aún más el capital social original, que se repartía entre los directivos de la fábrica, 51 por ciento, y los trabajadores de la misma, 49 por ciento.
La anterior ampliación ejecutada a finales de 2020 y la consiguiente incorporación de tres nuevos socios, ha reducido el peso de directivos y trabajadores, que cerraron el año con aproximadamente el 28 y el 24 por ciento respectivamente. En torno al 47 por ciento queda en manos de los nuevos, pero nadie tiene ahora la mayoría.
Fuentes de la empresa consideran que ambas operaciones constituyen una buena noticia para el sector agrario menorquín, al que está tan vinculada la planta quesera desde su fundación hace casi un siglo, por cuanto sirven para apuntalar su continuidad y asegurar su viabiliad.
Icono de la industria agroalimentaria, sigue siendo fundamental para explotaciones ganaderas de la Isla. Desde que fuera rescatada por los directivos y trabajadores en 2011, ha recorrido un duro itinerario de reflotamiento inmersa en un concurso de acreedores.
El paso expoliador de la familia Ruiz Mateos por Quesería tras la marcha de Kraft en 2008 dejó una deuda de 30 millones. Tras negociarse una quita del 50 por ciento, la ha ido amortizando durante estos años. Actualmente solo queda pendiente 1,3 millones y la empresa podrá afrontar inversiones y mejoras en la fábrica.
A día de hoy mantiene su cuota de mercado del queso procesado en España, 162 trabajadores en plantilla y, tras una larga década de lucha, expectativas más optimistas.