La retirada del monumento a los caídos que se levantó en 1939 en el centro de Maó, el monolito de la plaza Explanada, volvió a ser objeto de debate el viernes en el marco de la clausura del I Ciclo de Memoria y Patrimonio en el Institut Menorquí d'Estudis (IME). La sede de la entidad en Can Victori acogió una mesa redonda sobre la gestión pública del pasado, en la que se reflexionó en torno a casos actuales y polémicos, como el Valle de los Caídos, y a escala local, el monolito de Maó, que figura en el censo de vestigios franquistas aprobado por la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimientos Democráticos de Balears como uno de los monumentos a desmontar y reubicar. Para la doctora en Historia por la Universidad Complutense, Alicia Torija, la resignificación de monumentos «está superada» y además, en opinión de Miquel López Gual, presidente de la asociación Memòries de Menorca, en el caso del monolito de Maó «no ha funcionado».
La profesora Alicia Torija se posicionó al respecto. «En mi opinión personal sería interesante retirarlo, ya que no tiene valores artísticos». Sobre la opción de desmonumentalizar el espacio público, la experta señaló que dicha opción «debe adaptarse a la realidad» y a las características de cada monumento en particular, de eso dependerá la acción final. En cuanto a la retirada y posible reubicación de un monumento como el monolito de Maó, Torija añade que «existe la opción de un museo local pero hay otras», aunque cree que eso es precisamente lo que se debe decidir a través del debate que ayer se reabrió en el IME en torno a este vestigio del franquismo.
La mesa redonda puso el punto final al ciclo organizado por Miquel López Gual, de Memòries de Menorca, y Amalia Pérez-Juez, de la Universidad de Boston, a raíz de la obtención de una beca del Consell insular. En total se han organizado siete actividades entre charlas y excursiones para explorar el patrimonio de la Isla.