Corren malos tiempos para el sector pesquero de la Isla hasta el extremo de que el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Maó, Pito Quintana, asegura sin titubeos que «está en la UCI». Quintana participó el miércoles como ponente invitado en la tertulia organizada por el Ateneu de Maó bajo el título de «Problemática de la pesca profesional».
Pito Quintana se muestra muy crítico con el reglamento sobre la reducción de los días de actividad de la pesca de arrastre impuesto por la Unión Europea, «que mete en el mismo saco al sector menorquín y balear con el de otros puertos del Mediterráneo que tienen unas flotas de arrastre muy superiores a las de aquí». En este sentido, Quintana también lamenta el ‘seguidismo' en este aspecto del Gobierno central, «cuando hay otros países europeos que van por su cuenta y protegen a sus flotas».
Mientras que el reglamento de reducción del esfuerzo pesquero afecta de lleno a la actividad en la zona de Ciutadella, al agotarse durante este mes de noviembre el cupo de días para las barcas de arrastre, en el caso de Maó la situación es diferente ya que las tres barcas del bou «Ciutat de Maó», «Nueva Joven Josefina» y «Pito Quintana F.» trabajan con normalidad. Esta situación se debe, según Quintana, a que hay dos barcas que tienen 180 días para faenar cada una, mientras que la tercera son 209 días, «lo que ocurre es que una de las barcas estuvo averiada y sin poder hacerse a la mar durante un mes, por ello, con los días pendientes y contabilizando la previsión de días de temporal y festivos, las tres barcas de arrastre tienen asegurada la actividad hasta finales de año», afirma.
Por otra parte, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Maó critica que este año hasta el mes de mayo no se les comunicó la cantidad de días que las embarcaciones podían salir a faenar a lo largo del año, «lo que dificulta enormemente la planificación del trabajo y con la incertidumbre añadida del trabajo que se puede hacer hasta final de año. Lo normal es que en enero deberíamos saber el cupo de días que nos corresponde para todo el año», subraya.
Quintana también lamenta el hecho de que no se vislumbra el relevo generacional que garantice el futuro de este oficio, «deberían organizarse cursos gratuitos y presenciales para la gente joven y así animar a escoger esta profesión. Ahora se pueden hacer on line pero los exámenes se realizan en Mallorca, con los gastos de desplazamiento que ello implica» señala.
«El sector está en precario, todos los pescadores estamos hartos de esta situación y la Administración tampoco ayuda», concluye.