La alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, ha mostrado este martes en un post en Facebook su rechazo ante el lenguaje y las formas utilizadas por el presidente de la asociación 'Salvem Sant Joan', Joan Fedelich, durante su discurso en la presentación de la entidad el pasado domingo y que, según ha dicho la primera edil, menospreciaban a la mujer.
«Es evidente que ni las maneras fueron las adecuadas, ni las formas ni el lenguaje utilizado y están lejos de favorecer y de acercar posturas y nos suenan a épocas pasadas», ha manifestado Gomila, quien ha reconocido que «a veces, en el mismo momento, no reaccionas siempre como querrías».
Sin embargo, la alcaldesa no se ha pronunciado claramente en concreto a la posible participación de las mujeres en las fiestas de Ciutadella como 'caixeres', sino que ha destacado que «el objetivo de preservar nuestras queridas e incomparables fiestas necesita diálogo, consensos y acuerdos para avanzar todos a una desde el respecto a la diversidad y a la igualdad entre todas las personas».
Gomila ha matizado que no pueden «dar ningún paso atrás como mujeres, ni como sociedad, puesto que quedan todavía muchos hitos por conseguir y muchas barreras por romper».
Asimismo, ha reconocido que en el acto de la presentación de 'Salvem Sant Joan' se sintió incómoda a nivel personal ante pronunciamientos y posicionamientos «tan alejados de mis valores personales».
Sin embargo, ha considerado que «el debate y confrontación educada y respetuosa es una herramienta positiva, que ayuda a consensuar posturas y a avanzar».
La alcaldesa ha explicado que asistió al acto en representación del Ayuntamiento de Ciutadella al ser invitada formalmente a la presentación de la nueva asociación. «A mi y a los concejales nos corresponde asistir a muchos actos, actividades y presentaciones del tejido asociativo de Ciutadella. Asistimos siempre que podemos, sin prejuzgar, con un espíritu abierto a escuchar y conocer».
El "debate" que tendría que abrir Carla Gener es a ver que nos parece a los contribuyentes lo que nos cuesta tenerla enchufada sin dar golpe en el chiringuito de la concejalía de "igualdad".