Todas ellas tienen algo en común: son mujeres y la sociedad las ha puesto a prueba a la hora de enfrentarse a un trabajo. Las han cuestionado o les han negado las mismas condiciones que a sus compañeros hombres. El miedo, la intimidación y la impotencia han acompañado a algunas de ellas en experiencias profesionales. Además, reconocen que se han encontrado con los denominados ‘techos de cristal', una barrera invisible al ascenso profesional muchas veces reservado a los hombres. Cinco historias que constituyen cinco reivindicaciones a favor de la igualdad para conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Mientras que Digna Tur, que trabaja como taxista, ha sentido como algunos de los pasajeros que se subían la intimidaban, Marina Barquilla ha visto como sus compañeros masculinos cobraban sueldos más altos, ascendían más rápido y disponían de más descansos mientras a ella la obligan a ir maquillada a su puesto de trabajo.
Por su parte, Mireia Alcaide ha tenido que aguantar el acoso de su jefe para poder pagarse la carrera universitaria. También María Elena Romeo ha sentido como los empleados que tenía al cargo cumplían con sus directrices a regañadientes por el hecho de ser mujer, y siente que demasiadas veces aún hoy tiene que explicar que «ser feminista no es creerse superior a los hombres». Por su lado, Cati Mingorance ha decidido no renunciar al sueño de emprender su negocio por el hecho de ser madre. Trata de compaginar el trabajo del campo y la elaboración de helado de leche fresca con el cuidado de sus hijos.
En cuanto a la celebración del Día de la Mujer, se cree que empezó a celebrarse después de que un centenar de mujeres murieran en 1908, en un incendio en una fábrica textil de Nueva York durante una huelga laboral para pedir igualdad salarial respecto al de sus compañeros masculinos. Es una de las fechas que marcaron el inicio del 8-M como el día de la reivindicación de la mujer a favor de la equiparación laboral.
¿Acaso creemos que muchos hombres no sufren esas mismas experiencias en sus trabajos o en su vida cotidiana? ¿Acaso creemos que algunas mujeres no tratan mal a sus empleadas/os? Como se ha dicho por aquí, gracias por añadir crispación a todo lo que está cayendo.