El primer año de funcionamiento completo del enlace submarino entre Menorca y Mallorca se ha saldado con un ahorro importante de emisiones, casi 55.000 toneladas que han dejado de emitirse en la central de Maó gracias a la llegada de electricidad por el cable de interconexión con la del resto del sistema balear. Ese es el cómputo de emisiones que correspondería a los casi 70.000 megavatios hora (MWh) que la térmica del puerto ha dejado de tener que generar gracias a la entrada en funcionamiento del enlace, que se activó en verano de 2020 y que el pasado ejercicio aportó más del 15 por ciento de la demanda eléctrica insular.
La central térmica de Maó, el principal punto de emisiones de CO2 de la Isla, cerró el año pasado con un recuento de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 291.770 toneladas, lo que supone un incremento del 7,5 por ciento en relación al año 2020, según revelan los datos verificados de gases de efecto invernadero que ha publicado esta semana la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern. Ese aumento de la contaminación emitida se explica por la reactivación de la demanda eléctrica tras el parón económico que supusieron las medidas más restrictivas de la primera fase de la pandemia, pero podría haber sido muy superior si la Isla hubiera seguido aislada del sistema eléctrico. De hecho esas 291.770 toneladas marcan el tercer valor más bajo de emisiones en casi dos décadas.
El balance de la demanda del año 2021 sitúa el incremento interanual en el 12,07 por ciento, mientras que el incremento de producción de los grupos de generación de la central es significativamente inferior, de apenas el siete por ciento, lo que muestra la importancia que tiene la conexión submarina, no solamente por cuestiones de seguridad de suministro, sino para ahorrarle al cielo de Maó –desgraciadamente no al conjunto de la atmósfera– una gran cantidad de emisiones perjudiciales tanto para el medio ambiente, como para la salud de los ciudadanos. Hay que remontarse al año 2015 –cuando el viejo enlace submarino todavía no había sufrido las averías graves que terminaron con su vida– para encontrar un ejercicio en que el enlace submarino haya aportado tanta energía como el pasado ejercicio.
Perspectivas
Aunque todavía es muy difícil de cuantificar también está empezando a tener efecto –básicamente reduciendo la demanda– la proliferación de instalaciones de autoconsumo tanto en el ámbito privado, como en el empresarial y en emplazamientos públicos. Por desgracia, los datos de producción de energías renovables siguen estancados y en 2021 apenas aportaron el 2,7 por ciento de la producción global de Menorca. Habrá que esperar a que los muchos proyectos en ciernes fructifiquen para ver verdaderos descensos llamativos en la demanda de producción de la central de Maó.