El Ayuntamiento de Alaior asegura que no ha encontrado indicio alguno «de vertidos de aguas fecales en el Prat de Son Bou, de acuerdo con los datos recabados hasta el momento». Reitera que al conocer las quejas de un vecino se realizaron las comprobaciones de inmediato y que la inspección «dio como resultado que lo más probable es que se trate de agua estancada y de algas», apunta.
Sobre el Prat vierte directamente la depuradora de Sant Jaume, que es sobre la que recaen las sospechas no solo del usuario de la playa que realizó la denuncia sino de la Asociación de Comerciantes de Son Bou. «Hace años que denunciamos ante el Ayuntamiento y el Consell las molestias de malos olores y restos procedentes de la depuradora de Sant Jaume», manifestó este martes un portavoz.
La aguas de la depuradora de Torre-solí también desembocan en el humedal, si bien en el extremo que linda con Atalis y no parece la responsable de los restos que se acumulan en la charca entre el Prat y la playa.
La depuradora de Son Bou, que gestiona la urbanizadora Edivissa, vierte sus aguas sobre Llucalari y, según los comerciantes, no funciona a plena capacidad, pero tampoco crea problemas directamente al humedal.
Con el fin de dar más tranquilidad a los vecinos y turistas, los técnicos municipales volvieron a verificar este martes que las tres depuradoras funcionan correctamente y no observaron ninguna anomalía ni irregularidad.
El Ayuntamiento añade que ninguna depuradora está al máximo rendimiento, las de Son Bou y Torre-solí están al cincuenta por ciento y esta segunda no ha puesto en marcha la ampliación porque no ha sido necesario.
Por otra parte, el invierno pasado no se abrió la gola hasta el mar, lo que ha imposibilitado la regeneración del agua y puede ser causa del hedor.