En rutinaria se ha convertido para los agentes de la Policía Local de Ferreries su intervención diaria en la entrada de Cala Galdana, para disolver los problemas circulatorios que genera el cierre de puertas en el parking de Cala Mitjana, cuando este completa su aforo. Es casi matemático. Cada día, sobre las 11 de la mañana, el servicio de controladores del aparcamiento contratado por el Consell se ve obligado a clausurar el recinto, durante un par de horas. Un periodo en el que se hace necesaria la presencia policial para regular el tráfico, el cual acaba desviándose al interior de las urbanizaciones, generando una mayor presión sobre Cala Galdana y Serpentona, que ya de por sí padecen graves problemas de estacionamiento.
El aparcamiento de Cala Mitjana es de uso público, pero los terrenos son privados. Desde 2021 y durante tres años, el Consell abona 23.000 euros anuales a la propiedad, para disponer de un recinto con capacidad para 280 vehículos. Una cifra que, de hecho, ya convierte este arenal en uno de los más masificados de la Isla, como corroboran los estudios anuales del Observatori Socio Ambiental de Menorca (Obsam). En prepandemia, en 2019 se calculó que la playa soportaba más del triple (un 339 por ciento) de carga de bañistas en temporada alta.
En busca de soluciones
Para el jefe de la Policía Local de Ferreries, Simón Bosch, tanto en el caso del aparcamiento de Cala Mitjana como en las urbanizaciones, «no se trata tanto de crear más plazas, sino de regular realmente la capacidad de coches que hay en Menorca». Porque ya se ha comprobado que los flujos son dinámicos. «Desde que se ha cerrado el parking de Macarella, Cala Galdana soporta una mayor carga», lo que ha agravado el problema en este, uno de los principales núcleos turísticos de Menorca.
Para Cala Mitjana, Bosch ve interesante seguir el modelo de los «paneles informativos» que lleva años funcionando en Ciutadella. Se trataría de «colocar uno en la rotonda de Ferreries, para que en la rotonda que va a Cala Galdana la gente ya supiera sí hay o no aparcamiento en Cala Mitjana». Una opción que se ha trasladado al Consell pero, por ahora, no se ha atendido.
Luego, para la falta de estacionamientos en Cala Galdana (y al mismo tiempo para Serpentona, aunque pertenece al término municipal de Ciutadella), «habría que controlar las flotas de coches de alquiler, porque cualquier oficina puede tener cuarenta o cincuenta coches en la calle y deberían tener un aparcamiento privado». Se refiere, claro, a los vehículos no arrendados que esperan cliente.
«Una solución es estudiar, como hicieron en Formentera, la capacidad de coches que puede soportar Menorca, y luego ser consecuentes con ello y limitar su número», concluye Simón Bosch.
Joana Febrer: «No se solucionará con más parkings; hay exceso de coches»
Para la alcaldesa de Ferreries, la situación que se produce cada día en el acceso a Cala Mitjana «no la solucionaremos con más aparcamientos», ya que, considera, el problema es fruto del «exceso de coches que hay en Menorca». Por eso apuesta por «pensar bien la movilidad que queremos, promocionando más el transporte público», de forma muy especial, en el caso de Cala Galdana, entre los hoteleros y sus empleados, ajustando si es necesario las frecuencias del autobús a sus horarios.
Sobre esta cuestión, a día de hoy, de Ferreries a Cala Galdana (y en sentido inverso) hay 13 frecuencias los domingos y festivos, 17 los sábados, 18 de lunes a viernes y otras cuatro conexiones extra el quinto día de la semana.
Cabe recordar, asimismo, que el Consell planea la reordenación del parking de Serpentona, para sumar 66 nuevas plazas de aparcamiento a las 190 existentes actualmente. Las obras, que costarán 350.000 euros, debían estar listas este verano, pero se han retrasado al otoño por la demora de Costas para conceder la autorización.