A pesar de la entrada en vigor el pasado mes de febrero del real decreto de modificación de la Ley Turística que establece una moratoria de cuatro años para la creación de nuevas plazas, la oferta regulada de alojamiento en viviendas continúa creciendo. Es la inercia de las declaraciones responsables de inicio de actividad que se presentaron antes de la moratoria, en algunos casos muy poco antes, en las escasas horas que pasaron entre que se anunció la moratoria y que se oficializó con la publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears (BOIB).
El día en que se aprobó la moratoria el Consell facilitó datos actualizados del registro de establecimientos turísticos y apuntaba a la existencia de 5.776 viviendas con una capacidad conjunta de 29.955 plazas de alojamiento. Este diario ha tenido acceso al registro actualizado a mes de mayo y las cifras ya muestran un crecimiento. Se contabilizan 5.882 viviendas y el número de plazas se eleva por encima de las 30.300. Se rompe el techo de las 30.000 plazas legales. Ya son más que las ubicadas en establecimientos hoteleros tradicionales.
La evolución que ha vivido este tipo de oferta de alojamiento en los últimos años es especialmente llamativa y explica en buena parte la decisión de las autoridades de aplicar una moratoria que frene el auténtico ‘boom' de casas que se suman al negocio turístico. Desde el año 2013, al que se remontan las estadísticas publicadas por el departamento de Ordenación Turística del Consell, se han pasado a la actividad turística más de 2.100 viviendas, lo que representa un crecimiento del 57,9 por ciento. En cuanto al número de plazas, en este periodo de solo nueve años se han sumado al mercado cerca de 13.000, un aumento del 72,8 por ciento.
Este enorme incremento de la oferta de plazas en viviendas se ha mantenido pese a la llamada zonificación, que desde 2018 limita a zonas turísticas con contadas excepciones las ubicaciones en que pueden abrir nuevas casas turísticas, y contrasta mucho con el ritmo de crecimiento del global de la oferta de alojamiento insular. En los últimos nueve años ha crecido un 24 por ciento, pasando de las 67.300 de 2013 a más de 83.500 en la actualidad. Y es que en este tiempo, casi ocho de cada diez nuevas plazas se han generado por la incorporación de viviendas al mercado turístico.