La aparición de restos de animales muertos que deberían de haber sido incinerados en el vertedero de Milà es muy reciente y no del año pasado, como trató de hacer creer a sus espectadores este viernes la televisión pública de Balears, IB3, en una información en la que, citando a fuentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil aseguraba que las fotografías fueron tomadas en el año 2021.
Es falso. Las imágenes en las que se pueden distinguir los crotales (la placa para la identificación y control de animales) de dos cabezas de vaca fueron tomadas el pasado mes de agosto. Otra cosa es que las cabezas -que están en un avanzado estado de descomposición- correspondan a animales que fueron sacrificados, para más señas en el matadero de Maó, el 2 de noviembre del año 2021, como reveló este diario en la información publicada en la edición del pasado martes.
En otras imágenes aparecen sacas de una empresa de materiales de construcción llenas de vísceras y otros restos de una gran cantidad de animales. Estas son las sacas que viene utilizando el matadero de Maó para depositar los restos de sacrificio, como confirmó la propia instalación.
La clave para entender que las imágenes son recientes es que hace muy poco -como mucho antes de este verano- que utilizan este tipo de saca. Antes los volcaban en contenedores verdes que además eran suministrados por la UTE Es Milà, que dejó de hacerlo al comprobar que la cooperativa que gestiona el matadero impagaba reiteradamente las facturas de incineración. Desde entonces se han tenido que abastecer por su cuenta y han recurrido a este tipo de recipiente.