Mobles Allés es uno de los referentes en el mundo empresarial menorquín. Para Joan Allés, encargado del apartado financiero de la empresa, todo se resume en un equilibrio entre la «modernidad y la tradición». Joan, que trabaja en el mismo puesto que un día ocupó su padre, continúa el legado familiar junto al resto de sus socios: José, Miguel Ángel, Rosa y Miguel. Todos Allés, por supuesto.
Mobles Allés superó el siglo de vida en 2020. ¿Cree que es viable cumplir cien años más?
—Es algo complicado porque la gente más joven tiene otra filosofía de vida. Tienen otras motivaciones, unas ideas totalmente diferentes, piensan más en el presente que en el futuro… Antes, te fijabas en el trabajo que hacía tu padre y lo admirabas. Te encantaría continuar con su legado. Ese pensamiento no existe a día de hoy.
Ya sabemos que se trata de un negocio familiar, ¿pero cuál diría que es su factor diferencial?
—Al tratarse de una empresa local, diría que la seriedad. No digo que el resto de empresas no lo sean, pero las multinacionales y otras grandes compañías tratan al cliente como un simple número, como una venta. Desde los inicios, nosotros siempre hemos intentado que el cliente se sienta a gusto y vuelva. Para eso, además de ofrecer un buen servicio, también hay que tener un seguimiento post-venta.
¿Sería concebible un Mobles Allés sin el componente familiar?
—Creo que sí. Todas las empresas pueden ser familiares o no. Lo realmente difícil es que una empresa familiar tenga una continuidad porque hay muchas cuestiones que son difíciles de resolver cuando trabajas en familia. Si tienes un trabajador que no funciona, buscas a otro. En cambio, si ese trabajador es un familiar, ya es más complicado.
¿Cuáles son los mayores cambios que ha habido en la compañía en estos últimos años?
—El cambio más importante se ha producido en la fase de diseño: del producto, de ofertas de decoración para el cliente… Fuimos pioneros en la Isla en cuanto a diseño por ordenador y lo llevamos haciendo durante treinta años. Gracias a esta tecnología, el cliente tiene una visión previa tan buena que no se lleva un chasco cuando el proyecto se hace realidad.
La actualidad económica está marcada por un contexto de crisis e inflación de los precios a nivel global. Desde Mobles Allés, ¿qué balance se hace del ejercicio económico de 2022?
—Me parece que está siendo algo engañoso. Está siendo bueno, sí. De hecho, está siendo bueno para todos los sectores en general, pero me da miedo el futuro inmediato. Es complicado dar un pronóstico positivo y optimista en medio de está situación de guerras e hiperinflación.
¿Qué sensaciones tiene de cara al Foro Banca March Empresa Familiar?
—Es la primera vez que participo como ponente. Esperamos poder escuchar al resto de compañeros y que nos puedan aportar muchas ideas. Después, si nosotros podemos ayudar a alguien con nuestra experiencia, ya sería algo fantástico.