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Vulnerables y 'sin papeles': la realidad de las 250 mujeres abocadas a la prostitución en Menorca

Metges del Món colabora en el plan autonómico contra la trata de mujeres y ha dado a conocer sus resultados en la Isla

Rocío López, coordinadora de Metges del Món, exponiendo la situación de la prostitución en Menorca en la charla organizada por el Cercle Artístic. | Gemma Andreu

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Unas 250 personas en situación de prostitución han sido atendidas este año en Menorca por Metges del Món, entidad que colabora en el plan autonómico contra la trata de mujeres para la explotación sexual y la atención a la prostitución en Balears. Del total, casi todas han sido mujeres y mujeres trans; salvo el caso de un hombre en situación de prostitución homosexual. En cualquier caso, «el 100 por cien de los consumidores han sido hombres», aclara Rocío López, coordinadora del área de violencia machista de Metges del Món.

Si bien esas 250 personas en situación de prostitución no son el total que ha ejercido esta práctica en Menorca, la cifra permite conocer cuál es la realidad de la prostitución en la Isla, que este viernes se dio a conocer en una conferencia organizada por el Cercle Artístic. «Maó y Ciutadella es donde más se concentra», explica López. Aunque la prostitución está deslocalizada, se realiza a través de contactos en internet y servicios a domicilio; en pisos compartidos y, en ocasiones, en la calle. «Suelen ser mujeres en contextos vulnerables y migrantes, la mayoría vienen de países latinoamericanos», concreta.

En situación irregular

Quienes acaban ejerciendo la prostitución en la Isla escapan de situaciones complicadas y aquí lo que se encuentran no es mucho mejor. «A los 90 días de estar en España pasan a estar en situación administrativa irregular y no tienen un permiso de trabajo, por lo que la libre elección pasa a estar bastante restringida», alerta Rocío López. La franja de edad de 25 a 40 años es la mayoritaria y las mujeres que se prostituyen suelen tener cargas familiares aquí o en sus países de origen. «Para que puedan salir de estos contextos de prostitución tienen que producirse cambios legislativos y políticas valientes, hay que apostar por ofrecerles alternativas tanto de vida como de trabajo», subraya López.

«Hay que denunciar al putero»

Además, enfatiza la coordinadora del área de violencia machista de Metges del Món, el foco debe dejar de ponerse en las mujeres que se prostituyen y situarse en los consumidores del sexo de pago, que son, insiste, los generadores de esta problemática. «La que siempre está mal vista es la mujer que ejerce la prostitución, hay que dejar de señalarla y denunciar al putero», expresa. «La prostitución no puede estar concebida como algo normal o como una opción más de vida, es una violencia más hacia las mujeres», declara Rocío López.

A través del programa «Obrint camins», Metges del Món se dedica al cuidado psicosocial de las mujeres en situación de prostitución, ofreciéndoles una atención individualizada y distintos servicios, y entregándoles material preventivo para reducir daños. «Sobre todo, fomentamos la educación para la transformación social, porque lo realmente importante para poder cambiar la situación de estas mujeres es sensibilizar a la población y transmitir que en la prostitución se vulneran todos los derechos humanos», puntualiza López.

Las claves
  1. Mujeres y trans

    Del total de 250 personas en situación de prostitución, el 99,5 por ciento son mujeres y mujeres trans. El 0,5 por ciento restante son hombres en situación de prostitución homosexual. En todos los casos, el consumidor ha sido un hombre.

  2. Migrantes

    Suelen ser mujeres vulnerables y migrantes, que vienen, mayoritariamente, de países latinoamericanos. Tienen entre 25 y 40 años y acostumbran a tener cargas familiares aquí o en sus países de origen. Estar en situación irregular y no tener permiso de trabajo las empuja a prostituirse.

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