La mortalidad subió en Menorca un 5,69 por ciento hasta comienzos de este diciembre, un nivel mayor que el registrado en España que fue del 3,18 por ciento aunque por debajo de la media de la comunidad autónoma de Balears, que se situó en un 9,14 por ciento. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar el número de defunciones registradas hasta la semana 48 del presente año (del 28 de noviembre al 4 de diciembre) y el resumen deja el dato de 688 decesos en la Isla.
Esta cifra supone un aumento del 19,8 por ciento respecto a toda la mortalidad de 2019, el año anterior a la pandemia, cuando se contabilizaron 574 muertes. En este caso el incremento es también a la media nacional, ya que el repunte en todo el país hasta principios de diciembre respecto a la mortalidad de 2019 es de un 2 por ciento.
La mortalidad en la Isla, a lo largo de la serie histórica del INE, que comienza en la década del 2000, se sitúa en una horquilla de entre 524 y 724 defunciones, siendo esta última cifra la más elevada registrada en veinte años y se dio en 2021, con un aumento del 26,13 por ciento respecto el acumulado al cierre de 2019. A finales de 2021 tras dos años de pandemia por primera vez la mortalidad subió a más de 700 personas en la Isla.
En cuanto al comportamiento de los datos de mortalidad a lo largo de este año, entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre se produjo el mayor aumento acumulado respecto a años anteriores, un 7,35 por ciento, con 644 defunciones. Y en relación a esas mismas semanas de 2019, cuando se registraron 496 decesos, la mortalidad ha aumentado un 29, 86 por ciento.
En las últimas cuatro semanas del año es probable que se vuelva a superar la cifra de 700 defunciones. Este aumento de mortalidad en Menorca es el reflejo de lo que sucede en toda España, que sigue sin volver a los datos de prepandemia y sobre sus causas no existe consenso científico ni se halla una explicación clara por parte de las autoridades sanitarias, pero está muy relacionado con las consecuencias a medio y largo plazo de la reciente crisis sanitaria.
Javier Lacueva, médico recientemente jubilado y hasta junio coordinador de oncología y cuidados paliativos del hospital Mateu Orfila, señala que a mediados de este año «había más personas que entraban en el programa de paliativos», su sensación, basada en la experiencia de años y no en la estadística, es que eran «más de lo habitual». También en oncología «llegaban casos más avanzados y con menos posibilidades» de supervivencia. Considera que es la onda expansiva de la covid-19, que «ha aumentado la morbilidad de otras enfermedades crónicas y relevantes, creo que tiene mucha influencia, en gente mayor o personas con dolencias como insuficiencias renales, problemas neurológicos, crónicos respiratorios, diabetes avanzadas o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), la infección por coronavirus ha podido acortar su periodo de supervivencia», asegura.
La crisis sanitaria obligó a paralizar numerosas consultas y hubo pacientes que por miedo al contagio retrasaron sus revisiones. En opinión del médico, los efectos a medio-largo plazo de las infecciones por covid-19 «creo que tienen mucha influencia» en el aumento de mortalidad.
El apunte
Enfermedad hipertensiva, la comorbilidad más frecuente del virus
La información médica en los certificados de defunción permite identificar si la causa que desencadenó la muerte fue la covid-19, así como las complicaciones derivadas del virus y las comorbilidades de la persona fallecida (otras dolencias de base que se agravaron por el coronavirus, que aceleró el proceso). Las comorbilidades más frecuentes en fallecidos por covid-19 virus identificado, en el año 2021, fueron la enfermedad hipertensiva y la insuficiencia renal, según el último informe del INE. Otras enfermedades que agravó la covid y provocó defunciones son insuficiencia cardiaca, diabetes mellitus, demencia, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores (excepto asma), enfermedades cerebrovasculares, y enfermedad de alzheimer. La covid-19 aceleró y estuvo presente en otras muertes cuya causa directa fue el cáncer, como los de bronquios y pulmón; las enfermedades isquémicas del corazón y las enfermedades cardiovasculares. También el virus no identificado pero sospechoso estuvo presente en los fallecimientos por demencias.