La temida inflación, el incesante incremento de los precios, hace temblar el bolsillo de los más de 16.000 pensionistas de Menorca que, pese a la subida de las prestaciones para 2023 anunciada por el Gobierno, ven cómo su nómina no responde al aumento del coste de vida. «Siempre que hay una subida de las pensiones es algo positivo y no hay que despreciarlo, pero una cosa es la propaganda y el porcentaje de incremento que se anuncia y otra es la cruda realidad a la que te enfrentas cuando cobras y ves que no paran de inflarse los precios», reconoce Luis Delfa, presidente de la Federació d'Associacions de Persones Majors de Menorca.
A finales de este mes, probablemente el día 25, el colectivo de pensionistas y jubilados cobrará su importe mensual con un 8,5 por ciento extra debido a la revalorización de las pensiones, lo que supondrá unos 100 euros más al mes de media. Este incremento es el resultado de la revisión de las prestaciones de la Seguridad Social en función del IPC interanual promedio entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. Pero el aumento del precio de los alimentos alcanza el 15,3 por ciento. «Cualquier subida de las pensiones es buena y estamos contentos, aún así, no sabemos si bastará para afrontar el aumento de los costes», indica Rafel Cortés, presidente de la Associació de Gent Gran i Pensionistes de Ciutadella.
Biel Martí, uno de los portavoces de la ‘Plataforma de pensionistes per a la seva dignitat', añade que «con el repunte de la inflación y el incremento desorbitado de los precios, el aumento del 8,5 por ciento de las pensiones sirve de poco, al quedar descompensado con la realidad». Así las cosas, la incertidumbre sobre las perspectivas económicas empaña la medida del Gobierno, efectiva desde el pasado 1 de enero.
El reto de llegar a fin de mes
Revela Luis Delfa, presidente de la Federació d'Associacions de Persones Majors de Menorca, que hay alrededor de 11.000 afiliados a clubes de jubilados en toda la Isla y que la media de las pensiones que reciben oscila entre los 700 euros y los 900 euros mensuales. «El encarecimiento de la vida lo notamos todos muchísimo, más aún los que no tenemos suficiente respaldo económico», aclara, refiriéndose a un colectivo —el de pensionistas y jubilados— que lleva años reclamando pagas adecuadas y actualizadas que garanticen la suficiencia económica de las personas mayores.
«La subida de costes nos afecta a todos más o menos por igual, pero quienes tenemos los recursos económicos justos revisamos más los gastos y echamos el freno a mitad de mes porque sino no llegamos a final de mes», confiesa Biel Martí, desde la ‘Plataforma de pensionistes per a la seva dignitat'. Agrega que el incremento de las pensiones «está muy bien», pero alerta que «el problema es que llevamos años arrastrando pérdidas de poder adquisitivo y ahora perdemos la paguilla». Con la reforma de las pensiones, la Seguridad Social ya no volverá a abonar esta paga que se efectuaba en enero y que compensaba el desfase entre la inflación prevista y la que resultaba ser al finalizar el año.
Brecha entre pensiones
Con la subida del 8,5 por ciento contemplada para 2023, las retribuciones se incrementarán al margen de la clase de pensión y de las circunstancias personales. «Esto significa que la brecha entre las pensiones mínimas y máximas irá en aumento», advierte Biel Martí. La diferencia entre la más baja (783 euros sin cónyuge, frente a los 722 euros del año pasado) y la más alta (3.859 euros, frente a los 2.819 euros del ejercicio anterior) en 2023 será de 3.076 euros.
El apunte
Reivindicaciones con miras al futuro cada lunes en Ciutadella
Las reivindicaciones en la Plaça de la Catedral de Ciutadella que organiza la ‘Plataforma de pensionistes per a la seva dignitat’ continúan desarrollándose cada lunes a las 12 horas «para que no se olvide la problemática de las pensiones», recuerda Biel Martí, uno de los portavoces de la entidad. «Luchamos para que las próximas generaciones, que parece que han asumido que no van a tener jubilaciones, las puedan disfrutar», insiste.