Desde que empezó la campaña de vacunación contra la covid-19 en diciembre de 2020 hasta hoy, un total de 10.975 dosis de los compuestos destinados a combatir el coronavirus han caducado en las neveras del Hospital Mateu Orfila. Esta cantidad supone un 5,7 por ciento del total de dosis recibidas en Menorca, que según informa el Área insular de Salud, han sido 193.694 desde que se inició la estrategia de inmunización hace dos años.
El destino de esas dosis es la basura, para su posterior destrucción, como ocurre con cualquier otro medicamento caducado y con los restos sanitarios. Los viales que ya no se pueden inocular se depositan en contenedores para residuos específicos de riesgo o de grupo III, que son residuos sanitarios o infecciosos; restos anatómicos; sangre y hemoderivados líquidos; y vacunas. También se incluyen elementos de protección individual, batas, mascarillas, guantes, jeringuillas, agujas, equipos intravenosos, material cortante usado, sangre y hemoderivados.
Su eliminación no se lleva a cabo en la planta de tratamiento de Milà sino que la empresa Adalmo recoge estos residuos y los traslada a una planta específica para su retirada en Mallorca. De hecho la pandemia ha supuesto un aumento sustancial de los residuos infecciosos, otro desafío de la covid-19 en paralelo al propio de la enfermedad. El procedimiento más habitual de tratamiento de estos residuos es la esterilización en plantas específicas con el proceso denominado autoclave. Se les inyectan elevadas presiones y vapor a alta temperatura para conseguir que se conviertan en materia inerte. Entonces son tratados y llevados a incineración, una vez convertidos en desechos asimilables a los sólidos urbanos.
Popeye el marinoy el secuestro ilegal y forzado de toda la población, que no olvidamos 😒