Años antes de su muerte Juan Ignacio Balada firmó un contrato de donación con la Fundación Hospital Isla del Rey para que esta pudiera exponer el material y utensilios de la antigua Farmacia Llabrés, ya cerrada. Sin embargo, cuando miembros de la Fundación, entre ellos su presidente, Luis Alejandre, acudieron a la farmacia para recoger estos objetos no encontraron prácticamente nada. Alguien se los había llevado o bien Balada los había ido entregando a conocidos y amigos. No sé sabe.
«Botes o tarros de fármacos no había ninguno en las estanterías, todo estaba lleno de pulgas», explica Alejandre. La Fundación tomó las dos cajas registradoras y una orla en la que aparece Catalina Seguí Llabrés, la primera farmacéutica de Balears.Cuando se decidió la rehabilitación de la farmacia la Fundación Isla del Rey devolvió una de las cajas y también la orla, de la que hizo una copia para conservarla.
Alejandre pidió días atrás en la Cope que si hay personas a las que Balada donó este material antiguo de la botica, lo conveniente es que lo retornen a la farmacia, ahora rehabilitado.
Faltan dos aparatos de radio
Algo similar sucedió con los aparatos de radio y otros tecnológicos cedidos por el inversor al Museu de la Radio, de Es Mercadal. Cuando sus responsables fueron a recogerlos al palacete faltaban 2 de los 4 inventariados.