El jardín de gatos de la calle Fornells de Maó fue objeto de vandalismo el pasado fin de semana. Alguien se dedicó a agujerear la malla de protección que rodea el espacio que actualmente da cobijo a una veintena de gatos que gestiona la Protectora de Animales, según informó la propia entidad en sus redes sociales. «Hemos encontrado a Neo, nuestro gato más viejete, fuera, dando vueltas helado con este viento y frío, desorientado y espantado», comentaban el sábado desde la Protectora, que anuncia que ya ha puesto los hechos en conocimiento de la policía y estudia poner cámaras de vigilancia para evitar nuevos actos de gamberrismo.
El recinto, que constituye el primer jardín de gatos inaugurado en Maó, cuenta con diversas casetas para estos animales y tiene cabida para unos cuarenta. Se estrenó en octubre de 2017 con el objetivo de controlar y mantener en buenas condiciones a la colonia de gatos de la zona de la calle Fornells. Allí permanecen, desde entonces, desparasitados y esterilizados. «Viven felices en su hogar, cuidados por voluntarios cada día, protegidos de coches, con casetas para resguardarse del mal tiempo y conviviendo de forma armoniosa con todos sus compañeros, sin hacer ningún daño a nadie», indicaban el sábado tras el suceso desde la Protectora.
Los voluntarios que deciden dedicar una parte de su tiempo a cuidar a estos gatos se pasaron la tarde del sábado, una de las más frías de este invierno, cosiendo hasta 18 agujeros en la malla de protección para arreglarla y mantener a salvo a los animales. Explican, en conversación con «Es Diari», que no es la primera vez que ocurre un acto como este y aclaran que los gatos están bien cuidados en el jardín y de manera reglada. Denuncian, también, los casos en los que personas han lanzado animales al interior del espacio, algo que está, recuerdan, totalmente prohibido. «Ahora que la ley amplía penas y da más derechos a los animales, gatos en especial, estos graves y terribles hechos serán más castigados», advertían el pasado fin de semana en sus redes sociales.
Que pena, carcel de gatos en plena ciudad. Y que pasa si los niños la ven ? Que falta de respeto con los animales. Humanos carceleros del siglo XVIII.