Los nuevos toldos que exige Ports para cubrir las terrazas que ocupen vía pública en la fachada marítima de Fornells son un nuevo foco de controversia para restauradores y comerciantes del núcleo turístico. El Govern exige la instalación de unas pérgolas uniformes, y se ha negado a que los negocios puedan readaptar las que ya tenían y tuvieron que retirar el año pasado para las obras del puerto, como solicitaron los empresarios en la última reunión mantenida la pasada semana con la gerencia.
El rechazo a los toldos es debido a su alto coste, que puede oscilar entre los 30.000 y los 40.000 euros, según el número de metros cuadrados, y a la imposibilidad de encontrar profesionales que procedan a su instalación antes del inicio de temporada dada la elevada demanda de trabajo.
Los nuevos toldos están diseñados para una estética conjunta determinada, son de color blanco con estructuras y vigas de madera decorativa que encarecen su coste, explican los comerciantes. Además, han de ser completamente desmontables.
Los restauradores lamentan la imposición y el dispendio que supondrá su instalación, al tiempo que no los consideran prácticos para proteger a sus clientes de la lluvia o el viento.