Menorca quedó un poco al margen de la ola de calor vivida del pasado lunes al miércoles en Mallorca -donde en zonas del interior se alcanzaron los 41 grados-, y el viento del norte-nordeste del jueves dio un respiro, pero conforme este giró ayer al este y sur, las temperaturas volvieron a subir. Hoy sábado y mañana domingo la Isla experimentará un nuevo episodio de calor.
Este sábado está activado el aviso amarillo por altas temperaturas entre las 12 del mediodía y las 19 horas de esta tarde, porque la máxima llegará a los 36 grados, que es cuando se decreta la alerta meteorológica; la sensación térmica, sobre todo por la noche, puede llegar a ser de 5 o 6 grados más (unos 41 grados) debido a la humedad.
Las temperaturas estarán este fin de semana por encima de lo habitual y no bajarán hasta el miércoles, según las primeras previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears. Entre este lunes y el martes el organismo ve probable que se mantenga la alerta amarilla por altas temperaturas ya que en algunos puntos, como el norte de Menorca, se podrían alcanzar los 37 grados centígrados.
Condiciones para una ola de calor
No existe una definición única para ola de calor, depende de la zona geográfica, de la temperatura y del alcance que esos valores tienen sobre el territorio así como de su duración. Miquel Gili, jefe del equipo de previsión meteorológica de la Aemet en Balears, explica que para considerar las altas temperaturas una ola de calor en el archipiélago, estas tienen que superar los 36 grados centígrados y mantenerse así durante tres días seguidos como mínimo; además esos valores tienen que afectar a más del 10 o el 20 por ciento del territorio.
Acotando lo que significa una ola de calor en Balears, Gili, que lleva casi 30 años de trabajo en la Aemet, afirma que las olas son ahora «más intensas y frecuentes» que años atrás, desde su dilatada experiencia profesional añade que cuando empezó a trabajar en la agencia «ni se llevaban estadísticas de las olas de calor». A finales de la primera década de los 2000, esas olas se registraban una vez cada tres años, «a partir de 2017 están siendo anuales, y en 2022 se produjeron tres en un solo verano», señala el meteorólogo.