Un estudio reciente llevado a cabo por la organización Rezero, en colaboración con Per la Mar Viva, ha analizado la presencia y persistencia de colillas de tabaco en diversos entornos de la isla de Menorca, y ha propuesto las bases para implementar medidas que prevengan estos residuos y minimicen su impacto.
Las colillas de tabaco son uno de los residuos más persistentes y contaminantes que se pueden encontrar en los entornos urbanos y naturales. Según el estudio, en 2022 se generaron en Menorca 118 millones de unidades de colillas de cigarro, lo que representa casi 38 toneladas de residuos de colillas. El 70% de estas colillas se tiran al suelo y acaban en entornos urbanos y naturales, generando graves impactos ambientales, sociales y visuales.
Según los muestreos realizados en el estudio, las playas son uno de los entornos con una presencia más elevada de colillas de tabaco, un hecho especialmente preocupante debido a la proximidad al mar y al impacto que tienen las colillas en estos ecosistemas. En este sentido, Carlos Salord, presidente de Per la Mar Viva, afirma que «es muy importante llevar a cabo estudios de esta magnitud, ya que con datos objetivos como estos se puede arrojar luz sobre la realidad que tenemos hoy en día con el tema de las colillas y despertar la conciencia de las Administraciones para que presten atención y se puedan poner manos a la obra para llevar soluciones a esta problemática que se viene denunciando desde 2018 en Ciutadella».
Detrás de este fenómeno se encuentran diversos factores, según Roser Badia, coordinadora de Rezero en Balears. «A pesar de tener una composición 100% de plástico, las colillas no son percibidas como residuos por la población fumadora y su abandono en el entorno está socialmente más aceptado que en el caso de otros residuos».
Entre los factores que contribuyen a este problema se encuentran la falta de conciencia de la población fumadora, la falta de ceniceros y papeleras para su recogida, y la insuficiencia de las medidas y políticas implementadas para evitar su abandono.
Actualmente, son los ayuntamientos los que asumen los costos de la recogida y gestión de estos residuos. El contrato de limpieza de las playas de Menorca asciende a 900.000 euros anuales, lo que significa que el costo de recogida de estas colillas puede llegar a ser de hasta 585.000 euros anuales.
Para solucionar este problema, se propone la incorporación de la responsabilidad ampliada del productor en empresas de tabaco, así como medidas más efectivas de prevención de la acumulación de colillas en el entorno, como la reducción o limitación del consumo de tabaco en las playas.
Actualmente, en Menorca solo hay cinco playas adheridas al programa 'Platges sense fum' (Cala des Degollador, Binissafúller, Binibèquer Nou, Punta Prima y Alcalfar). Teniendo en cuenta que en Menorca hay un total de 136 playas, calas y zonas de baño, entre ellas 106 playas vírgenes, Rezero afirma que existe un gran potencial para proteger los ecosistemas marinos de la isla del impacto de los residuos del tabaco. Se espera que el Real Decreto relativo a la gestión de los residuos de tabaco, actualmente en fase de aprobación, incorpore estas medidas.