El GOB lo tiene claro. «Con los niveles de presión actuales, el bus no es compatible con el coche para ir a las playas». Y sustenta su apreciación en un dato demoledor. «En los últimos 20 años la presión humana ha crecido en 60.000 personas diarias más en pleno agosto».
«Es muchísima gente y las playas son las mismas», remarca Miquel Camps. Y la consecuencia, según el coordinador territorial del GOB, es que «hay calas que reciben hasta siete u ocho veces más bañistas de los que realmente caben. Así que tomar medidas que favorezcan que todavía llegue más gente a estas playas es un paso atrás enorme».
La solución, dice Camps, «tampoco pasa por ampliar los caminos, ni mucho menos por ensanchar todavía más los aparcamientos». Y el caso más claro lo encuentra en Cala Mitjana donde, «con la excusa de cubrir la falta de aparcamientos en Cala Galdana, se hizo un parking para 1.000 coches que ha acabado destrozando la playa».
«Mitjana es ahora mismo, junto a Macarelleta y Cala en Turqueta, la que mayor presión soporta en plena temporada». De ahí que su propuesta pase por reducir el parking de Cala Mitjana y la frecuencia de buses a Macarella. Camps recuerda que las playas «son la joya de la corona» de Menorca «y no es una buena idea sobresaturarlas, ni a nivel turístico ni ambiental».
La única medida que cabe, insiste, es «regular la afuencia, como así se hace ya fuera de la Isla. Pasó hasta con la Alhambra de Granada. Recibía una asistencia tan excesiva de visitantes que hubo que regularla. Y las playas no pueden ser una excepción».