El número de usuarios que acceden en bus a las playas vírgenes de Ciutadella ha descendido entre un 5 y un 6 por ciento respecto del verano pasado cuando, tras la pandemia, se desató un boom histórico en la afluencia de turistas. Las cifras este año son incluso levemente inferiores a las del 2019, antes de la covid.
Pese a que los pasajeros en mayo han sido superiores en un 8 por ciento al mismo mes del año pasado y un 46 por ciento más que en 2019, antes de la pandemia, la realidad desde junio es bien distinta. Ese mes, el volumen de pasaje con destino a las playas del sur de Ciutadella decreció un 5 por ciento respecto de 2022 y casi un 2 por ciento en comparación con cuatro años atrás. En julio el descenso ha sido todavía mayor, del 6 y el 3,50 por ciento, respectivamente.
Cambia el perfil de turista
La operadora del servicio, Autocares Torres, que también asume funciones de transporte discrecional, lo atribuye a un auge de la turoperación. «Ha cambiado el perfil del turista. Hay más turoperadores y menos turistas individuales, que programan las vacaciones por su cuenta, como es el caso del español o el italiano, usuarios habituales de las calas vírgenes». Y eso, apunta la directora Catín Torres, «se extiende al resto de negocios de la temporada: hay menos gente paseando, de compras o en los restaurantes».
La Policía de Ciutadella también confirma este cambio de tendencia en el perfil de visitante que llega a Menorca. «Puede haber entrado más gente en el aeropuerto, pero las playas, en general, sufren una menor presión», sentencia Joaquín Salvador, que desde hace años se encarga del servicio.
«El tiempo tampoco acompaña, el mar está más inestable y no se percibe la brutal presión del verano pasado. La pandemia alteró cualquier estadística, pero ahora es como si volviéramos a la normalidad. Vuelve a emerger el todo incluido y desciende el tráfico y el número de coches en las carreteras», analiza Joaquín Salvador.
Así, por tanto, todo hace indicar que en el resto de la temporada no se alcanzarán las cifras inéditas del verano pasado, cuando la afluencia en bus a las playas vírgenes creció un 8,8 por ciento en agosto y un 26 por ciento en septiembre respecto de antes de la pandemia.
En total, a lo largo de la temporada de 2022, 101.594 personas llegaron en bus a Macarella. Pero también se registraron 20.000 pasajeros en la línea de Cala en Turqueta, 10.700 en La Vall y 9.500 en Son Saura, tres playas donde, a diferencia de Macarella, sí se permite el acceso simultáneo de autobuses y coches particulares.