Más de uno habrá visto, cuando anda o circula por la carretera de la Mola, en el margen izquierdo entre el Cap Negre y Es Freus, unas construcciones solitarias, inamovibles, que no son casetas, ni depósitos, ni ninguna otra tipología tradicional menorquina. En realidad, son unas construcciones de piedra reforzadas con mortero que representan carros de combate y seguramente fueron construidas durante los años cuarenta del pasado siglo XX para las maniobras de los soldados de Infantería de la Isla.
Nada más pasar la segunda entrada en la urbanización de Cala Llonga, en sentido Maó-la Mola, y enfilando la larga costa que de repente aparece ante el caminante o conductor, a pocos metros a la izquierda es visible una de estas construcciones situada a un centenar de metros de la carretera. A poca distancia del anterior, hay otro carro de combate y en esta misma zona hay un tercero. Están orientados de norte a sur, colocados en diagonal y apuntando a la bocana del puerto de Maó.
Los dos carros de combate que son visibles y visitables tienen unas medidas parecidas: 4,60 metros de longitud, 2,85 metros de anchura y 2,20 metros de alzada. Ambos están construidos con piedras y losas planas de pizarra, material que abunda en el entorno, que reproducen el rodaje tipo oruga a cada lado, el cuerpo central y la torreta superior. Toda la estructura está reforzada con una capa de mortero. En los laterales se reproduce el engranaje en cierto modo del sistema de tracción de oruga. Parece que reproducen el modelo de fabricación alemana «Tiger I».
El carro de combate situado en un nivel superior se encuentra en un estado de conservación más deficiente, sobre todo en el lateral izquierdo. Un segundo carro, mucho mejor conservado, presenta un mayor deterioro en la torreta. Según un testigo, durante las maniobras de Infantería, los soldados se colocaban al otro lado de la carretera y hacían prácticas de cómo debían repelerse un ataque de carros de combate.