Los bomberos de los parques de Maó y Ciutadella realizaron durante entre el domingo y la madrugada del lunes un total de 60 servicios, la mayoría en el municipio del poniente insular, entre el centenar de llamadas recibidas a causa de la borrasca Betty.
Durante esta mañana se están evaluando daños, especialmente, en las playas que permanecen todas abiertas aunque las de La Vall se han quedado sin el servicio de socorrismo puesto que el temporal se llevó por delante todo el material de salvamento, incluido el aparato desfibrilador. La torre de vigilancia de Cala en Bosc quedó arrancada.
Destacaron las intervenciones en las pérgolas solares del aparcamiento de Fornells, que el viento arrancó literalmente, y que precisarán una actuación con maquinaria pesada a cargo de la empresa instaladora. Los bomberos precintaron el parking mientras que la constructora se encargará de desmontar las cubiertas y retirarlas.
La segunda tanda del temporal
La segunda fase de mayor trabajo se inició a partir de las 21 horas cuando el temporal volvió a arreciar. Los esfuerzos se centraron en los achiques de agua en la vía pública, preferentemente en rotondas, y en algunas viviendas del casco antiguo, de nuevo retirada de ramas y dos tramos de parets seques en el Cami de Tramontana y el de Son Angladó. Dos vehículos aparcados en la calle Ruiz y Pablo sufrieron daños por caídas de ramas en sus techos, han explicado los bomberos.
En la zona del levante insular, además de las caídas de árboles y ramas, la Policía Local de Maó ha mantenido cerrada al tráfico hasta las 11 de esta mañana, desde ayer al mediodía, la Costa de Ses Piques debido a un desprendimiento de piedras.