La obra del nuevo geriátrico de Maó, que se construye en terrenos del antiguo cuartel de Santiago, apura su plazo de ejecución sin que por ahora se vislumbre un avance que haga posible inaugurarlo a finales de este año, como se comprometió el Govern en la pasada legislatura.
En la adjudicación del proyecto se fijaron 24 meses pero con posterioridad ha habido dos modificaciones que estiran ese plazo hasta los 25 meses. El contrato se firmó en julio de 2021 entre el Consorcio de Recursos Sociosanitarios y Asistenciales de Balears y la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Tecopsa y Antonio y Diego S.A., con un periodo para la realización de las obras de dos años a partir de la firma del acta de replanteo, que tuvo lugar el 25 de octubre de 2021. La adaptación del proyecto y las modificaciones que eso implicó, una en agosto de 2022 y la última en abril de este mismo año, han marcado el plazo final de 25 meses que está a punto de vencer, el próximo noviembre, sin que los trabajos exteriores en el edificio hayan concluido todavía.
Desde la Conselleria de Familias y Asuntos Sociales, que dirige Catalina Cirer, se informó ayer de que la obra sigue su curso con normalidad, aunque el ritmo pueda haberse desacelerado durante el verano, añaden que no se ha detectado ninguna incidencia.
Cerca de diez millones de euros
La futura residencia para personas mayores dependientes en Maó arrancó en diciembre de 2019, con la firma del convenio entre el Consorcio Sociosanitario, el Ayuntamiento y el Consell para la cesión de un solar para la construcción del geriátrico y tardó casi dos años en recorrer todo el proceso administrativo hasta su adjudicación en junio de 2021 a la UTE de las empresas Tecnología de la Construcción y Obras Públicas y Antonio y Diego. Tras las dos modificaciones sufridas el importe total de esta gran obra asciende a 9.713.428 euros, con impuestos incluidos.
Desde el inicio de las obras en octubre de 2021 han surgido algunos imprevistos. En agosto del año pasado, la primera modificación del proyecto se debió a circunstancias como la retirada de elementos con presencia de amianto; el afloramiento de roca resistente a la compresión, moderadamente dura; y la inclusión de elementos de contención de tierras como muros encofrados a dos caras; o la creación de un depósito-aljibe para aguas pluviales entre otros añadidos al proyecto inicial que constan en el anuncio de la modificación del contrato. Estas medidas incrementaron el precio inicial de la obra en 345.000 euros (impuestos incluidos). El segundo cambio se produjo en abril de este año en el sistema de climatización proyectado originalmente, y se explica en el aumento del coste de la energía.
Menos consumo energético
La última modificación es la que amplía el plazo de ejecución un mes más, aunque no supone un aumento del presupuesto de 9,7 millones. El modificado afecta a las bombas de calor condensadas por agua de 250 KW cada una, y que deben dar servicio a cada bloque de la residencia.
A causa del incremento del coste de la energía se sustituyen por unas climatizadoras de gas refrigerante de volumen variable, que varían el caudal refrigerante según la necesidad. Este sistema se calcula que puede reducir el gasto de energía en un 30 por ciento respecto a los sistemas de refrigeración con agua y tienen menos coste de mantenimiento.
El apunte
El refuerzo de la cimentación del ‘Verge del Toro’ sigue pendiente
El proyecto modificado para solventar los fallos en la base de la cimentación del antiguo hospital Verge del Toro aún no ha sido entregado por los arquitectos a la oficina de Infraestructuras del Servei de Salut de les Illes Balears. La necesidad de reforzar los cimientos se detectó el pasado mes de abril, lo que ocasionará un nuevo retraso en la reconversión de la antigua residencia sanitaria en un centro sociosanitario de 84 camas. En la actualidad las obras, que están en su segunda fase, se centran en la excavación y posterior cimentación del edificio de servicios, en la parte aledaña al bloque principal.