El Ayuntamiento de Sant Lluís tiene sobre la mesa la tramitación para la reactivación de la construcción de 199 nuevas viviendas en las urbanizaciones de Cap d'en Font y Binissafúller Platja. Se trata de la aprobación inicial de la modificación del plan parcial de esta zona, conocida como el sector 2, necesarias para ser adaptadas a la regulación urbanística del municipio, las Normas Subsidiarias. Con este plan, ambas urbanizaciones pasarán de las 65 edificaciones existentes en las áreas afectadas por el plan a un total de 264, de las que 199 serían de nueva construcción.
De estas, 115 serían viviendas unifamiliares aisladas en Binissafúller Platja (donde ya se encuentran 42) y 84 corresponden a Cap d'en Font, lugar en las que ya existen 23. En plazas de alojamiento, este incremento se traduce en una capacidad total de 792, frente a las 111 actuales.
La aprobación inicial se encuentra en exposición pública, tras un largo proceso de tramitación que se arrastra desde hace años. Es el último plan que queda por adaptarse a las Normas Subsidiarias del municipio. El plan parcial que está en vigor actualmente se remonta a 1983, y contempla unas expectativas de crecimiento superiores, que ya fueron ajustadas severamente con el PTI, ya que protegió gran parte del terreno.
Tras la aprobación del plan, la promotora, Proinbi SL, tendrá que presentar el proyecto de urbanización y después ejecutar las obras de construcción. El tiempo que espera para ello es de unos tres años.
Alegaciones del GOB
A todo ello, el GOB ha presentado alegaciones a la aprobación del plan parcial, criticando especialmente que la dotación prevista de servicios que contempla el documento, especialmente de agua y alcantarillado, no se ajusta a las capacidades de la zona.
Es el caso del suministro de agua potable. El grupo ecologista critica que, cuando estén construidos estas viviendas, junto a las que ya existen dentro y fuera del sector, la dotación para 490 chalés no es suficiente. Explica que las Normas Subsidiarias contemplan una dotación mínima de 200 litros diarios por habitante, pero que los estudios de consumo del propio ayuntamiento de Sant Lluís ven que en la costa es superior, llegando a 500 litros al día por persona. El GOB alega que los dos pozos previstos para su abastecimiento no tienen suficiente capacidad para ello.
Por otro lado, indican que tampoco la calidad del agua considerada para ser potable es suficiente. El pozo de Cap d'en Font presenta un nivel de cloruro de 563 miligramos por litro, cuando la normativa estatal exige que no puede superar los 250. Los ecologistas dicen que a pesar de que el agua se mezcle con la de otro pozo, el de Biniparratx norte, este valor sería de 440, también muy por encima del permitido.
En otro orden, el GOB alega que ni en la documentación técnica ni tampoco la ambiental se clarifica donde irán a parar las aguas residuales. Hay dos opciones, que pasarían por conectarlas por las dos depuradoras próximas de la zona, la de Binidalí o la de Biniancolla. El problema es que ambas no cuentan con emisario. La de Binidalí, por ejemplo, construida en 2007, no está en funcionamiento precisamente porque no cuenta con emisario; mientras que la de Biniancolla, tendría que necesitar una ampliación para captar el agua de las nuevas viviendas proyectadas.