Durante su discurso, el conseller insular de Medio Ambiente, Simón Gornés, puso en valor el camino recorrido por la sociedad menorquina en los últimos treinta años, y enumeró algunos de los retos que la Reserva de Biosfera deberá afrontar de ahora en adelante. Entre ellos, Gornés señaló la necesidad de plantear medidas para el control de los gatos, un asunto, aseguró, que preocupa mucho a los ayuntamientos de la Isla y a los agentes sociales que trabajan en el ámbito del ecologismo. En este sentido, también destacó el grave peligro que supone para la biodiversidad y los ecosistemas de la Isla la llegada cada vez más frecuente de especies exóticas.
También subrayó la importancia de mejorar la eficiencia de la recogida selectiva de residuos, así como el impulso de la implantación de las energías renovables. «Tenemos que afrontar, en definitiva, el reto que supone el cambio climático y los efectos que pueda tener sobre los ecosistemas y las personas», apuntó.
Compromiso
Gornés también quiso destacar el compromiso transversal de toda la sociedad menorquina desde la designación de la Isla como Reserva de Biosfera. «Son treinta años de gestión por parte de distintos gobiernos, de diferentes políticas, en las cuales hay un denominador común: la estima por nuestra Isla y la voluntad de trabajar por tener un futuro mejor, para nosotros y para nuestros hijos».
El conseller también afirmó que a lo largo del camino recorrido durante estos años, Menorca se ha convertido en todo un ejemplo del reto de hacer compatible, sostenible y viable, la convivencia entre las actividades sociales y económicas, «sobre un territorio vivido», con el respeto a los valores ambientales y los sistemas ecológicos, y añadió que «es nuestro deber que esto continúe siendo así, protegiendo la naturaleza y los ecosistemas de la Isla y fomentando el crecimiento económico, cultural y social de nuestra tierra».