Aunque no se produzca ni mucho menos la misma demanda que en los meses de verano, tal y como es lógico, algunos establecimientos del sector hostelero se mantienen abiertos durante todo el año en la Isla. Al fin y al cabo, se trata de una forma de fidelizar al cliente local, el cual aprovecha los fines de semana, los días festivos, como el puente de la semana pasada, o los días puntuales de Navidad, para salir a comer fuera de casa en compañía de familia y amigos.
Su presencia se hace notar en estos restaurantes que abren sus puertas en temporada baja, a cuya clientela incluso a veces le «cuesta creer» que tienen su cocina abierta. Es el caso, por ejemplo, del restaurante Sa Punta, ubicado en Calesfonts. Sus responsables indican que esperaban «algo de crecimiento» en estos últimos meses otoñales debido a la buena campaña registrada durante el verano.
No obstante, se han topado con la cruda realidad de las conexiones aéreas en Menorca, una de las islas de España con menos vuelos directos en invierno y que solo cuenta con vuelo directo a seis destinos. El único de esta lista fuera del territorio nacional es París, que está en riesgo de desaparecer el próximo mes de enero. Es por ello que se presume un invierno difícil para la hostelería.
En palabras de José Bosch, representante de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) en Menorca, «no se puede aspirar a que haya oferta si no hay medios para venir a la Isla» y cree que muchos restaurantes que esperaban «mantenerse abiertos durante el invierno», se han dado cuenta de que «no pueden aguantar solo con la población local». «Este año nos hemos quedado totalmente aislados», recalca.
«En las distintas reuniones que hemos mantenido, las compañías aéreas nos dejan claro que si hay demanda, habrá vuelos. Pero claro, si directamente no hay aviones... Es la pescadilla que se muerde la cola. Hay que encontrar una solución», señala el presidente de la CAEB, quien a su vez considera que los vuelos «no pueden ser tan caros» porque «obviamente así no vendrá nadie». «Pedimos que por lo menos nos dé para cubrir los gastos», recalca.
Menús más caros
Bosch indica que el sector hostelero «no va a generar ingresos simplemente por abrir», ya que precisamente abrir un restaurante cada día en esta época del año «cuesta mucho dinero por la subida de precio de suministros, como la luz o el gas, y de las materias primas». «Si no puedes asegurarte de que haya rentabilidad, lo más sensato es cerrar. Pero claro, si no abre nadie, no hay oferta», explica.
En otros restaurantes como el Molí d'es Racó de Es Mercadal, donde también echan de menos a los grupos británicos y del Imserso que solían visitar la Isla durante el período invernal, destacan que los productos básicos de la cocina menorquina que llevan a cabo en sus fogones son lo que de verdad han visto aumentados de forma considerable su precio. «Todos aquellos productos que utilizamos para preparar fondos y sofritos o la harina, el arroz o la verdura han subido muchísimo», explican sus dueños.
De esta manera, dicha inflación se ha trasladado a los menús de estos días, los cuales calculan que han visto incrementado su precio final en un 20 por ciento. «Si se quiere calidad y buen servicio... no existen los milagros», subrayan.
El apunte
Gran volumen de reservas de cara a las fiestas navideñas y Año Nuevo
Las fechas navideñas son un momento ideal para celebrar las típicas comidas y cenas de empresa. Son eventos que dan un empujón a la hostelería en la temporada baja. Restaurantes como los mencionados Sa Punta o Es Molí d’es Racó ofrecen unos menús especiales en los días de Navidad y Nochevieja para sus comensales. La iniciativa está siendo acogida por sus clientes de una forma «más que positiva» y el volumen de reservas para ambos días roza ya el cien por cien en estos casos.