En la Escola Infantil Xipell, en Ciutadella, seguramente, el edificio educativo con mayor valor arquitectónico de Menorca, han empezado los trabajos para poner a salvo uno de sus elementos más destacados. Se trata de la enorme vidriera ondulada que configura la fachada interior, diseñada en los años 70 por el despacho de arquitectos MBM, de los prestigiosos Josep Maria Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay.
Ya hace años que colectivos como el Col·legi d'Arquitectes de les Illes Balears venían advirtiendo sobre la necesidad de acometer una intervención de urgencia, dado el deterioro que presentaba esta escoleta. Un edificio inaugurado en 1979 que describen como una «joya arquitectónica», por ser un «ejemplo clave en el cambio de rumbo de la arquitectura menorquina del último cuarto de siglo XX», según exponía días atrás en este periódico el arquitecto Joan-Enric Vilardell, recordando lo expuesto por su colega, Joan Gomila, en la «Guia d'arquitectura de Menorca».
Un valor especial tiene la cristalera, la cual proporciona luz natural constante a los pasillos interiores, y que está formada por cientos de piezas translúcidas. Unos elementos que han sido difíciles de encontrar, pero que llegarán a la Isla procedentes de Francia.
Dos fases
El último mes se han llevado a cabo los primeros pasos del proyecto, con el fin de preservar la estructura acristalada del centro, el cual es titularidad del Bisbat de Menorca. Así lo apunta el vicario general de la Diócesis, Joan Bosco Faner, quien señala que, en una primera fase, se retirarán los paveses, y más adelante se reconstruirá la estructura sinuosa.
Desde el estudio Mares Arquitectura, de los arquitectos Ester Casasnovas y Miquel Valera, este último detalla que, en primer término, se está instalando una pared, hecha con placas de pladur, lo cual proporcionará la seguridad necesaria en el pasillo del piso superior, con los accesos a las distintas aulas. Este muro, situado «más adentro», será «provisional» mientras encargan y reciben el material necesario.
Explica Valera que retirarán cada uno de los cristales de pavés, con el objetivo de reutilizar, cuantos más, mejor. Y aquellos que no sirvan, se substituirán por otros nuevos, suministrados por la fábrica gala.
Así, una vez reconstruida la vidriera ondulada, ya será posible recuperar el uso del patio interior, ahora clausurado por precaución.
Otras mejoras y plazos
El director del centro, Guillem Massanet, calcula que las obras estarán finalizadas antes que concluya el presente curso y que, por lo tanto, todos los espacios del centro, incluido el patio, podrán utilizarse con normalidad antes del verano.
La actuación encargada por el Bisbat de Menorca incluye, por otro lado, otras intervenciones necesarias en la escoleta. Así lo indica Valera, quien ha previsto la substitución de varias claraboyas que resultaron dañadas por el granizo de los últimos temporales, reparar algunas grietas, renovar parte de la tela asfáltica o pintar. Son cuestiones de mantenimiento general que son necesarias para una correcta conservación de este peculiar edificio.