La izquierda se ha pasado ocho años debatiendo si debía echar abajo el puente de Rafal Rubí. Hasta la Unesco lo veía como un impedimento para la Menorca Talayótica. Pero ahora que se ha obtenido este reconocimiento, ¿qué lectura hace?
—Que nos han concedido la declaración. Es cierto que existe el informe de Icomos que aboga por dar una solución al problema de las obras que afectan las vistas del yacimiento, pero no menciona cuál debe ser. Así que seguiremos la recomendacion de los tecnicos de la casa y pediremos un informe de impacto para no poner en riesgo el reconocimiento de la Menorca Talayótica. Ambos objetivos son compatibles y no excluyentes y en este sentido actuaremos. Ahora se está redactando el proyecto y veremos qué solución concreta se nos plantea. En todo caso, los técnicos ya dejaron clara la postura. Existe suficiente unidad de opiniones en considerar que el puente es necesario para la seguridad viaria.
Si esto es así, al final no habrá sido necesario demoler ningún puente del proyecto de la general contra el que hubo tantas movilizaciones...
—El puente de la entrada a Alaior, los de Ferreries, el de la Argentina, el túnel de Sa Costa Nova…ya son cinco los que ha hecho la izquierda. ¿Y cuántos la derecha? No se ha tirado ninguno porque se ha demostrado que eran necesarios. No estábamos de acuerdo con que se politizara la candidatura de la Menorca Talayótica. No nos hicieron caso, pero el tiempo nos ha dado la razón.
¿Una parte de los 10 millones que se han presupuestado entre Maó y Alaior se destinarán a Rafal Rubí?
—Los 10 millones son para terminar el tramo entre la Argentina y la rotonda del Aeropuerto, incluido Rafal Rubí, claro. La mayor parte es para solucionar cruces peligrosos por su confluencia con rutas cicloturistas o cambios de rasante.